Consejos para encarar con éxito la próxima siembra del garbanzo

10 Abril 2021

“Para la campaña de siembra invernal que se avecina, el productor debe atender ciertos conceptos para que la de garbanzo sea buena”, dijo Clara Espeche (proyecto Legumbres Secas de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres), que dio unos consejos.

-Seleccionar la variedad de garbanzo, considerando su tolerancia a heladas y a patógenos del suelo. Cada variedad presenta rasgos distintivos: Norteño sigue siendo la de mejor comportamiento ante los factores mencionados. Chañarito S-156 lleva años en el sector; si bien no tiene un calibre grande (7 mm y 8 mm), se destaca por su rusticidad. Kiara UNC-INTA en la zona se caracterizó por ser sensible a Fusarium spp. y a las heladas.

-Escoger lotes con buena sanidad. Para ello, conocer su historial y determinar la carga patogénica del lote. Esto será indicativo del riesgo al que estará expuesto el cultivo, si se dan condiciones favorables para la expresión de estos.

-Analizar la calidad fisiológica y sanitaria de las semillas a usar. Previo a la siembra, analizar el poder germinativo, vigor y carga patogénica de la semilla es clave. Fusarium spp., de los principales problemas sanitarios del cultivo, se transmite por semilla; detectarlo evita la dispersión de variantes patogénicas a lotes libres de ella.

- El factor condicionante para la fecha de siembra es la humedad acumulada en el perfil del suelo. Generalmente, niveles de humedad elevados suelen registrarse de fines de abril a principios de mayo. Pero al sembrar en estas fechas, si bien se aprovecha la humedad disponible para alcanzar un buen establecimiento del cultivo, el riesgo de daños por heladas en momentos críticos del cultivo crece. En caso de fechas tempranas, seleccionar variedades que permitan escapar a las heladas; sea por una etapa vegetativa más prolongada o por su resistencia.

Seleccionar una fecha de siembra que nos permita escapar a daños por heladas es importante también desde el punto de vista sanitario. Principalmente, a infecciones producidas por patógenos de suelo. En las últimas campañas se registraron niveles de incidencias elevados en lotes afectados por heladas. Esto podría estar asociado al estrés en el cultivo por temperaturas inferiores a los 0° C, que aumentaron su susceptibilidad permitiendo una posterior infección.

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