Sistema de trazabilidad para bines de agroquímicos

Desarrollado por ID-First, el mecanismo permite saber dónde están los recipientes.

DATO. La Ley de Gestión de Envases Vacíos de Fitosanitarios obliga a que se asegure la devolución de los recipientes.  DATO. La Ley de Gestión de Envases Vacíos de Fitosanitarios obliga a que se asegure la devolución de los recipientes.
05 Junio 2021

La empresa de tecnología ID-First, del Grupo Logiseed América, desarrolló un sistema de trazabilidad para bines de agroquímicos con capacidad de 1.000 litros. La innovación responde a que importantes compañías del sector han adoptado recipientes con mayor capacidad para eficientizar el cumplimiento de la Ley 27.279, de “Gestión de Envases Vacíos de Fitosanitarios”.

Para cumplir con la norma, sobre “Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental para la Gestión de Envases Vacíos de Fitosanitarios”, las firmas de agroquímicos deben adoptar un “Sistema Único de Trazabilidad” para el monitoreo de los envases. Por tanto, deben determinar procedimientos que aseguren la devolución de los recipientes por parte de productores y aplicadores en los Centros de Almacenamiento Transitorios (CAT).

Para eficientizar esta operatoria, algunas empresas de agroquímicos empezaron a remplazar bidones de 20 litros por bines de 1.000 litros, que tienen una capacidad 50 veces superior y son retornables.

Ante este escenario, el Grupo Logiseed América, por medio de su firma de tecnología ID-First, acaba de presentar un innovador servicio en el mercado, adaptado para asegurar la trazabilidad de los bines.

La base para su funcionamiento está respaldada en el Sistema de Gestión Integral para el Recupero de Envases Fitosanitarios (Sirenfi), aprobado por el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) en Buenos Aires y presentado en otras provincias para cumplir con la ley.

Al igual que Sirenfi, esta innovación permitirá realizar una trazabilidad individual de los bines, identificando cada uno con la tecnología de RFID, código QR o de barra. Las tecnologías de identificación pueden ser cualquiera de esas tres, o elegir la que más se adapte a la necesidad del cliente. Incluso puede ser solo el código QR y descartar las otras opciones, dando una solución integral para la devolución de estos y evitar inconvenientes ambientales.

“Dado que existe un mercado informal de bines, donde se maneja un valor de venta que va desde los $ 7.000 a los $ 12.000 notamos que hay en las empresas una necesidad de hacerle trazabilidad a cada uno de los que envían a sus clientes. De esa forma, podrán saber quién no ha cumplido con los procesos. Este mecanismo permite saber en qué lugar se encuentran los recipientes. Además, tenemos el beneficio de que la trazabilidad es individual y conocemos quienes los devuelven y quiénes no”, afirmó Gabriel Otero, director general del Grupo Logiseed.

La producción de leche en el país y en la región cumple un rol fundamental en la alimentación de todos los habitantes, sobre todo en el momento del crecimiento infantil. Debido a esto la FAO (en inglés, Food and Agriculture Organization, el ente especializado de la Organización de las Naciones Unidas) dispuso que el 1 de junio se celebre el Día Mundial de la Leche. La fecha fue proclamada por el organismo con el objetivo de tratar cuestiones relacionadas con el sector lechero en todo el mundo y para incentivar el consumo de leche alrededor del globo.

La leche es un alimento muy nutritivo, que proporciona a quien la consume energía, proteínas y micronutrientes, y que contribuye a reducir el hambre y la desnutrición en el mundo.

Se dice que es de los alimentos más completos que existen. No en vano es el primer alimento que toman los seres humanos al nacer.

Los consumidores y aquellos que todavía no la consumen deben saber que un vaso de leche aporta aproximadamente un 30% de la dosis diaria de calcio recomendada, elemento imprescindible para la formación y para el desarrollo de los huesos. Además, contiene otros nutrientes necesarios para la vida como fósforo, magnesio, zinc, yodo, selenio y vitaminas A, D y del complejo B. Y también ácidos grasos, hidratos de carbono, proteínas y agua.

Es el principal ingrediente de otros productos que aportan grandes beneficios, como derivados lácteos: yogures y quesos, entre otros.

Consumir estos productos y la leche fluida permita conciliar el sueño. Siempre se ha dicho que un vaso de leche caliente antes de acostarse iba bien para relajarse.

Es importante para la hidratación, ya que contiene gran cantidad de agua.

Previene enfermedades crónicas no trasmisibles como la diabetes, la hipertensión o trastornos cardiovasculares.

Ayuda a mantener los huesos fuertes y sanos, gracias al calcio y a otros elementos.

Previene las afecciones dentarias y bucales.

Neutraliza la acidez estomacal, debido a que es un alimento alcalino.

Promueve el crecimiento de la flora bacteriana intestinal.

Se recomienda la ingesta de al menos tres porciones de lácteos o derivados al día; y es muy importante crear este hábito en los niños.

Con versiones descremadas y bajas en lactosa, los lácteos han sabido adaptarse a los cambios en los gustos de los consumidores actuales, acoplándose a las necesidades de los diferentes tipos de dieta. Y sin lugar a dudas su desembarco en mercados como el de China en los últimos años promovió una revolución alimentaria que no se frena con ninguna promoción negativa.

La leche también es una importante fuente de energía. Una porción de 200 mililitros aporta unas 130 kcal, 6,2 gramos de proteínas y 7,6 gramos de grasas -en las versiones enteras-.

Es importante comentar que la Argentina tiene una gran tradición lechera, de una gran actividad tambera y también industrial reconocida a nivel global. Pero también de gran importancia en un balance de consumo: 184,5 litros por habitante por año; un 1,2% más que durante 2019 y un porcentaje similar por encima del año pasado.

Según datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina, el año pasado la producción argentina creció un 7,4% interanual, hasta los 12.061 millones de litros, con una oferta adicional de 770 millones de litros, con una reducción de 38 millones de litros equivalentes de productos importados.

El mayor consumo se dio en especial en los productos básicos como leches no refrigeradas, leches en polvo, quesos de pasta blanda, manteca, dulce de leche y yogures bebibles. La leche, a la vez, juega un papel preponderante en las ayudas sociales que da el Estado.

Lo negativo es que el aumento de los productos mencionados se dio en detrimento de productos de mayor valor agregado, como yogures en pote, postres, leches saborizadas y quesos de pasta dura, semidura y untables. Esto se debe a que el deterioro de los segmentos medios de la pirámide de ingreso retrajo el consumo de productos considerados de mayor valor unitario.

Las exportaciones crecieron un 31,7%, absorbiendo algo más del 80% de la oferta total de 835 millones de litros.

La lechería es una producción tan importante que debe ser tenida en cuenta en todas las decisiones de políticas agropecuarias que se toman y no debe ser desamparada.

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