Que lo del “Pulguita” dispare sueños e ilusiones

A esta altura de su historia como jugador de fútbol, la carrera de Luis Miguel Rodríguez ya está jalonada de premios, logros, elogios y rótulos, como el que se está imponiendo con insistencia en los últimos días: “la más terrenal de las estrellas nacionales”. Tamaño reconocimiento no hace más que elevar a un sitio ciertamente envidiable al simoqueño, que supo ganarse su lugar en base a talento, esfuerzo y un amor propio que contagia.

Justamente esto último es algo de lo cual Tucumán puede jactarse hoy en sus futbolistas. Que “Pulguita” se haya convertido en alguien convocante y admirado, es un paso que complementa a otros dados en los últimos tiempos, y que de alguna manera deberían oficiar como disparadores de sueños e ilusiones para los miles de chicos que patean una pelota en nuestra provincia.

Sólo con hacer un repaso en los nombres de los tucumanos (vale decirlo, nacieron aquí, pero se formaron en otros sitios), que juegan actualmente en clubes europeos (y en algunos casos, con un lugar en la Selección), se toma dimensión del presente. Exequiel Palacios, Joaquín Correa, Roberto Pereyra, José Luis Palomino, entre otros, representan una línea de avanzada de gran calidad, la que se complementa con otros nombres y apellidos que ocupan un espacio destacado en otras ligas, incluyendo a la doméstica.

No resulta sencillo encontrar en la historia del fútbol local que una buena cantidad de nuestros representantes se haya destacado al mismo tiempo de la manera en que lo están haciendo. Tucumán siempre tuvo muy buenos jugadores, y algunos cobraron notoriedad, ya no sólo a nivel de clubes sino también en los seleccionados, como pasó con el recientemente fallecido José Rafael Albrecht, para muchos el mejor futbolista de nuestra provincia de todos los tiempos.

Ahora bien, este presente que motiva tiene un correlato interesante cuando se mira el contexto que lo acompaña: la aparición de promesas jóvenes. En ese sentido, en Tucumán, Atlético lleva la delantera, luego de que varios de los futbolistas formados en sus divisiones inferiores tuvieron su debut en el equipo que disputa el torneo de Primera división, haciéndolo en muy buen nivel. Ello habla con claridad no sólo de la oportunidad que cada uno de ellos consigue con su compromiso por el deporte, sino también del laborioso y meticuloso trabajo que efectúa el club a través de sus orientadores técnicos. En el mismo camino se encuentra San Martín, que de a poco comenzó a proyectar jugadores de su cantera a la formación que disputa la Primera Nacional. En esta entidad también se está haciendo una labor promisoria y silenciosa, cuyos resultados son para aplaudir.

Claro que la tarea con los juveniles no es privativa de los “grandes” del fútbol tucumano. A lo largo y ancho de la provincia, hay clubes que trabajan denodadamente en la formación, tanto en la formación humana como deportiva de los chicos que eligieron el camino no siempre sencillo de este deporte en el que no todos llegan a lograr sus objetivos.

En definitiva, se trata de un momento para aplaudir por la proyección de nuestros futbolistas. Lo que está sucediendo no es casualidad, sino causalidad. “Pulguita” Rodríguez es hoy referencia nacional, para orgullo tucumano. Y es también un excelente estímulo para que quienes sueñan con hacer carrera en el más popular de los deportes, y para quienes los forman, sientan que llegar al éxito es posible. Sacrificio, ganas, actitud, talento y amor propio son la base necesaria para ello.

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