“Dibu”, en la galería de los próceres del fútbol

GRAN ATAJADA. Con esta volada, Martínez le atajó el penal a Mina. Ahí comenzaba a gestarse la clasificación argentina. GRAN ATAJADA. Con esta volada, Martínez le atajó el penal a Mina. Ahí comenzaba a gestarse la clasificación argentina. TELAM

Con los penales atajados a Davinson Sánchez, Yerry Mina y Edwin Cardona, Emiliano Martínez no sólo selló el pasaje de Argentina a una nueva definición de la Copa América. En el estadio “Mané Garrincha”, de Brasilia, “Dibu” tuvo su noche consagratoria: se convirtió en el primer arquero en la historia de la Selección en contener tres penales durante un partido oficial.

Luego de mostrarse desafiante en la definición contra Colombia, de hablarle a cada uno de los ejecutantes “cafeteros”, de agigantar su figura, bailar y festejar, Martínez lloró como un niño.

Ese arquero al que hasta hace no mucho tiempo casi nadie conocía en nuestro medio y que fue uno de las grandes apariciones de la era Lionel Scaloni, hoy es casi un prócer dentro del fútbol nacional. En la noche brasileña puso su nombre a la altura de algunos grandes arqueros que pasaron por el seleccionado y hasta hizo que muchos olvidaran hablar de Lionel Messi.

Mientras sus compañeros corrían a sus brazos desde el centro del campo y él esperaba el silbatazo final de Jesús Valenzuela, las imágenes de Sergio Goycoechea, Carlos Roa y Sergio Romero, otros grandes partícipes de definiciones infartantes volvieron a escena.

“Goyco” fue el primero y uno de los más recordados por lo que significó el Mundial de Italia 1990, en entrar en el museo de grandes ídolos. A lo largo de ese certamen, al hoy convertido en conductor televisivo le ejecutaron 11 penales: atajó cuatro, uno pegó en el palo y le convirtieron seis.

Fue clave en las definiciones ante Yugoslavia e Italia, en las que contuvo dos penales en cada serie: a Branko Brnovićy a Faruk Hadzibegic (contra los yugoslavos) y a Roberto Donadoni y a Aldo Serena (contra los dueños de casa).

Ocho años más tarde, el traje de héroe se lo calzó Carlos Roa, durante la definición contra Inglaterra, por los octavos de final de Francia 1998. Luego del 2-2 en los 120 minutos, atajó los penales ejecutados por Paul Ince y David Batty para darle a la Selección la clasificación a la siguiente fase.

Desde aquella serie digna de la pantalla grande, llevada a cabo en el estadio Geoffroy-Guichard, de Saint Etienne, debieron pasar 16 años para que un arquero argentino volviera a las principales marquesinas.

El 9 de julio de 2014, en el Arena Corinthians, de San Pablo, la Selección buscaba el pasaje al juego decisivo de Brasil 2014. Tras un 0 a 0 que no se modificó durante los 120’, quedó inmortalizada la frase “hoy te convertís en héroe”, que Javier Mascherano le dijo a Sergio Romero, antes del comienzo de la definición contra los holandeses.

Esa tarde noche, “Chiquito” estuvo más gigante que nunca: detuvo los remates de Ron Vlaar y de Wesley Sneijder; un aporte clave que sus compañeros aprovecharon al no fallar ningún remate desde los 12 pasos. Así, Argentina venció 4 a 2 a Holanda y aseguró su lugar en el juego decisivo ante Alemania en el Maracaná de Río de Janeiro, en donde también estará el sábado.

Goycochea, Roa y Romero eran hasta el martes a la noche no sólo héroes, sino también hombres récords. Los tres habían detenido dos disparos durante una definición y eso los había transformado en próceres. Pero “Dibu” tuvo su noche soñada e ingresó en la historia grande del fútbol argentino.

“Mi hermano siempre atajó los penales, yo le dije que íbamos a ganar por esa vía”, contó su hermano Alejandro, durante una entrevista con TyC Sports. Con un estilo mucho más desafiante que el de sus antecesores (que lo llevó a quedar registrado por las cámaras cuando intentaba sacar de quicio a los pateadores), “Dibu” tuvo su juego soñado. Entró en la galería de superhéroes y ahora quiere que la historia tenga un final feliz.

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