Gobernador, vice, cuatro intendentes y una ministra: ¿Cómo afectará la campaña a la gestión?

Los funcionarios públicos no están obligados a pedir licencia para hacer proselitismo, pero sí aparecen una serie de restricciones.

POR PRIMERA VEZ EN PANDEMIA. Rumbo a las elecciones, pero esta vez con barbijos. ARCHIVO LA GACETA POR PRIMERA VEZ EN PANDEMIA. Rumbo a las elecciones, pero esta vez con barbijos. ARCHIVO LA GACETA
26 Julio 2021

La carrera electoral está en marcha y nadie quiere perder territorio en medio de la campaña para llegar al Congreso. Los aspirantes al Senado y a Diputados ya están en competencia. Esta vez, las PASO tendrán un condimento especial: los "peso pesados" de la política tucumana competirán por un escaño, pero sobre todo por el futuro próximo que apunta a 2023 para gobernar Tucumán. Es decir, que la campaña proselitista será atravesada por la gestión de gobierno tanto provincial como municipal.

No están obligados a pedir licencia en sus cargos para dedicarse a la campaña proselitista. Pero, al ser aspirantes al Congreso de la Nación, los mensajes tendrán un correlato en cada una de sus gestiones: ya sea en Casa de Gobierno, en la Legislatura o en los municipios de la capital o del interior tucumano.

A todo o nada

Las máximas autoridades de la provincia y de los principales municipios figuran como candidatos en distintas listas. Desde el gobernador Juan Manzur, pasando por el vicegobernador, Osvaldo Jaldo hasta los intendentes, Germán Alfaro (capital), Mariano Campero (Yerba Buena), Roberto Sánchez (Concepción), Elía Fernández de Mansilla (Aguilares). A estos nombres se suma el de la ministra de Salud, Rossana Chahla, que encabeza la nómina de precandidatos a diputados por el manzurismo. 

En plena pandemia de coronavirus, la ministra de Salud, Rossana Chahla, tendrá que hacer malarabes para administrar la gestión de vacunas con los actos de campaña. La actual legislación establece ciertos límites para desarrollar en el terreno proselitista.

Lo que dice la ley

El artículo 64 se refiere a la publicidad de los actos de gobierno. "Durante la campaña electoral la publicidad de los actos de gobierno no podrá contener elementos que promuevan o desincentiven expresamente la captación del sufragio a favor de ninguno de los candidatos a cargos públicos electivos, ni de las agrupaciones políticas por las que compiten -dice la norma-. Queda prohibido durante los veinticinco (25) días anteriores a la fecha fijada para la celebración de las elecciones primarias, abiertas y simultáneas, y la elección general, la realización de actos inaugurales de obras públicas, el lanzamiento o promoción de planes, proyectos o programas de alcance colectivo y, en general, la realización de todo acto de gobierno que pueda promover la captación del sufragio a favor de cualquiera de los candidatos a cargos públicos electivos nacionales, o de las agrupaciones por las que compiten -se agrega-. El incumplimiento de este artículo será sancionado de acuerdo a lo establecido en el artículo 133 bis previsto en el presente Código".

Ataques cruzados

La competencia será feroz entre los postulantes. Así quedó demostrado en las primera horas posteriores al plazo de presentación de listas. Los propios candidatos cargaron "munición gruesa" contra sus adversarios. Desde el escenario y ante una masa de seguidores, tanto Manzur como Jaldo cargaroon críticas mutuas en la interna del oficialismo.

En las filas de Juntos por el Cambio, las astillas de la pelea electoral también saltaron en todas direcciones. Ningún candidato quiere perder tiempo ni espacio. Todo lo que sirva para enviar un mensaje al electorado será utilizado hasta el último minuto.

En Buenos Aires

A nivel nacional sucede algo similar con los ministros del gabinete de Alberto Fernández. Agustín Rossi (ministerio de Defensa) y Daniel Arroyo (cartera de Desarrollo Social) figuran entre los candidatos. Sus gestiones estarán atravesadas por la etapa proselitista. Ellos tampoco están obligados a solicitar licencia durante la campaña.

Los interrogantes

El electorado espera el momento de emitir el voto. Pero en este largo camino de campaña con cruces políticos que estallarán como esquirlas en todas direcciones, surgen estos interrogantes: ¿Se descuidará la gestión pública en pos de la etapa proselitista?, ¿Pedirán licencia los candidatos, aunque no están obligados a hacerlo?

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