Un casero fue golpeado y maniatado por 15 hombres

“Entraron 15 personas y arrancaron al casero de la casa, lo agarraron desprevenido, lo molieron a trompadas, le ataron las manos a la espalda, se lo llevaron secuestrado, cruzaron el río para estar en Salta, le volvieron a pegar y lo dejaron tirado ahí en medio de un campo a la noche”, cuenta Jorge Posse sobre el horror que vivió uno de sus empleados. Posse es dueño de un campo en Trancas que, según denuncia, ya sufrió varios ataques violentos. Anoche fue el último y lo padeció Roque Bauzat, encargado de quedarse en el campo para cuidar las tierras. “Y no solamente lo golpearon, también lo secuestraron y lo torturaron porque eran 15 personas golpeándolo todo el tiempo”, agrega.

Es la segunda vez en 10 días que ocurre algo similar en el campo de Posse, que está en el límite con El Jardín, localidad del departamento La Candelaria, de Salta. La vez anterior, según le contó a LA GACETA, la golpiza la sufrió “Fredy” Moreno, su socio. “Fredy es un hombre de un metro setenta, tiene 78 años, y lo golpearon en el piso. Le fisuraron una costilla. Y fueron los mismos 15 que entraron anoche”, sostiene Posse.

El productor agropecuario realizó la denuncia correspondiente en la comisaría de Trancas, pero confiesa que ya está cansado de la situación. “La de hoy (por ayer) se suma a más de 40 denuncias penales que ya les hicimos”, dice.

Según Posse, incluso, sería el propio intendente de El Jardín quien envía a sus empleados a vandalizar la propiedad con el objetivo de ocupar el terreno y venderlo o regalarlo a sus seguidores. “Desde Salta, el intendente de El Jardín que se hace llamar Omar López, pero en realidad se llama Carlos López, hace campaña y promete repartir un campo que es nuestro. Y tenemos los títulos en perfecto estado con los impuestos al día”, asegura.

Además, cuenta que los presuntos invasores dicen ser pertenecientes a pueblos originarios y que por lo tanto tienen derecho a las tierras. “Pero eso es absolutamente falso. La Justicia ya demostró que nunca hubo indígenas ahí, no hay cementerios ni comunidad”.

“Los tipos lo que quieren es ganarte por cansancio y decirte que del campo se van a hacer cargo ellos, cosa que no esta sucediendo entonces ya han empezado con las agresiones físicas y amenazas de muerte”, dice con cierto desdén. Esta situación preocupa a Posse, que asegura que hasta debe ir armado a su propio campo.

De hecho, indica que pese a haber intentado hablar con el intendente de El Jardín en numerosas oportunidades nunca recibió respuesta. “No me puedo acercar por El Jardín porque no salgo vivo probablemente. Esto se transformó en el lejano oeste”, dice.

Toda esta situación le impide llevar adelante un proyecto de siembra frutal que, según indica, le daría trabajo a 400 personas. Mientras, Posse espera que la Justicia actúe como es debido, aunque ve con desconfianza que eso ocurra.