La seducción que ejerce el teatro de objetos y las marionetas en los espectadores de todas las edades difícilmente pueda lograrse a través de una pantalla. La presencialidad es parte integrante (en forma íntima) de la construcción del hecho artístico en el género y que pueda volverse al convivio entre marionetistas y público en un mismo espacio es una noticia tan alentadora como la reapertura de una sala.
Hoy vuelve a funcionar La Colorida (Mendoza 2.955) y lo hace a partir de las 22 recibiendo al elenco rosarino Los Hermanos Arana con “Marionetas de salón”, espectáculo que ganó la Fiesta Provincial de Teatro de Santa Fe en 2011. La función se concreta dentro del programa Reactivar Escenas del Instituto Nacional de Teatro.
“El teatro es un ritual, una convención. Pretendemos generar un clima sutil en la atmósfera de la sala para propiciar la complicidad del público en la percepción de la mirada aguda en lo sustancial de la obra, para emocionar y conmover lo más íntimo de cada espectador”, explica Maximiliano Arana, en diálogo con LA GACETA.
- ¿Qué se cuenta en la puesta?
- Es una obra con un actor y objetos. Marionetas y marionetista se confunden y se funden para abordar y contar, a través de distintos hilos, temas profundos y sensibles como el amor, el desamor, el encuentro, el desencuentro, la muerte, la nostalgia y el poder. Es un espectáculo que trasciende el escenario y nos involucra sentimental y emocionalmente en una propuesta exquisita y provocadora.
- ¿Cuál y cómo es la conexión que generan con el público, en este caso el adulto?
- Buscamos encontrar un puente entre la propuesta escénica de objetos y marionetas hacia la infancia de los adultos que ocupan la platea, hacia los sentimientos más puros que en el transcurso de la vida y en lo cotidiano vamos olvidando. La idea es rescatar lo esencial de ellos, para acompañarlos a cruzar ese puente creado y reflexionar mostrándoles un espejo sobre los asuntos propuestos.
- ¿Cómo se concreta el vínculo entre el actor y el muñeco y los objetos?
- Es una unión intima a partir de un proceso creativo que transitamos previamente al armado de la obra. Trabajamos en el espacio, en el vínculo con los objetos y en el desarrollo de los relatos. Hemos podido, en ese proceso, descubrir la potencia y el poder que tiene cada signo y cada símbolo que vamos manipulando para contar historias, con la idea de generar un micromundo de sensaciones sustanciales y poéticas.
- ¿Cuál es la importancia de esas poéticas en el montaje de las obras?
- Ocupan un lugar muy relevante porque nos permiten poder soñar, volar, crear, jugar y potenciar lo narrativo a partir de las imágenes. Es, sin duda, uno de nuestros recursos más “jugosos” a la hora de componer y de crear, Le dejamos a la poética un lugar muy importante cuando producimos nuestros espectáculos junto con la construcción de metáforas e imágenes.
- ¿Exorcisamos y proyectamos en las marionetas los temores y deseos que guardamos en nuestro interior?
- Proyectamos los temas que nos incomodan, que nos conmueven o que nos movilizan y que queremos y deseamos contar. Utilizamos las marionetas como instrumentos para expresarnos. Necesitamos tener el conocimiento técnico de su lenguaje para que estén a la orden de lo expresivo y encauzar los temas que nos interpelan. Pensamos a los objetos como canalizadores de temas que nos convocan.
- ¿De dónde surge la vocación del grupo en el teatro de objetos?
- Surgió a partir de la curiosidad de descubrir el mundo espectacular y con la urgencia de querer contar y decir: a partir de ahí empezamos a formarnos como actores.
- Llevan casi 20 años en este género, ¿qué momento está atravesando la marioneta?
- No hemos parado de trabajar en compañías de teatro independiente, donde aprendimos todo el oficio, desde cómo producir y gestionar las actividades hasta cómo pararnos en un escenario. A partir de 2003 decidimos con Juan Manuel, mi hermano, fundar nuestra compañía propia, para volcar en ella todo nuestro conocimiento y trayectoria y así darle forma a nuestras producciones en la técnica tradicional de las marionetas de hilos, realizadas y manipuladas por nosotros. Tenemos nuestra sala, “Lucero en el Paraná”.