En el teatro musical, si las palabras no son lo suficientemente fuertes para que las diga un personaje se transforman en canción, y cuando ambas cosas no alcanzan, estalla la danza. Los momentos musicales son los acentos y los puntos dominantes de cada obra del género.
Hoy, a las 20.30, en el Centro Cultural Virla (25 de Mayo 265) sonarán canciones inolvidables en las 40 voces del Precoro de niños Cantores, Coro de Niños y Jóvenes Cantores y Coral Juvenil de la UNT, que dirige María Eugenia de Chazal.
La entrada es libre y gratuita, con capacidad limitada al 30% de la sala. Pero no sólo habrá concierto sino que también se dictará un taller de técnica coral con Batiah Adler de Chazal (egresada de la Escuela de Formación Artística Mitra, de Buenos Aires), que ofrecerá el bagaje formativo de los seminarios específicos que acaba de cursar.
“El repertorio de los musicales es poco abordado por coros; por ello queremos profundizar en el uso de la voz para interpretar canciones representativas del género, de compositores nacionales y de otras latitudes, ahondando en la particularidad de cada musical y estilo vocal específico”, explica la directora.
El programa incluirá “Me pongo los zapatos”, “Botellas por el mar”, “Cartelitos” y “Valijas” (de “Vivitos y coleando”, la comedia musical de Carlos Gianni y Hugo Midón); “Ciclos de amor” (“Rent”, compuesta por Jonathan Larson y Billy Aronson); “Jodido estás” (“Despertar de primavera”, Duncan Sheik y Steven Sater); “El piquete” (“La desgracia”, Francisco Martínez Castro y Juan Martín Delgado); y “Cuando sea mayor” y “Chicos revoltosos” (“Matilda”, Dennis Kelly y Tim Minchin).
“Este es nuestro primer concierto presencial. Estuvimos trabajando en forma virtual desde marzo y nos hemos reencontrado la semana pasada. Fue una alegría enorme. En la mayoría de los casos pudimos conocernos recién ahora en forma personal. La virtualidad sostuvo el trabajo individual, pero la coralidad necesita del sonido grupal; estamos felices de volver a cantar juntos”, expresa la directora.
“Fue muy interesante abordar este repertorio con niños y jóvenes, porque en el musical el trabajo con el texto es central, lo que lleva a que el cuerpo se involucre de otra manera y que la voz se maneje de formas diferentes según la obra. Cada musical narra una historia. No resulta lo mismo cantar una ópera rock que una obra de estilo clásico”, resalta Adler de Chazal.