Lo que ocurrió fue más una obra de teatro para mostrar que el Kirchnerismo no es Alberto. Parece un Gran Hermano, donde todos pasan al confesionario. No le hace bien al espacio ni tampoco ala Argentina, y pone en evidencia que la clase política argentina discute más proceso electorales que proceso de Gobierno. Yo estaba esperanzado de que después de las elecciones iban a ponerse acuerdo en las cuestiones de urgente resolución, como es la economía, la inseguridad, la pobreza. No entendieron al electorado, que le dio un mensaje a toda la clase dirigente, de poner los pies sobre la tierra y resolver estos problemas. El cachetazo en las urnas de lo dieron por un manejo que evidentemente a la gente no le gusta que es mirar por el espejo retrovisor, echar culpas y que los problemas no se resuelvan. Al mismo electorado que le dijo que no, esto no le gusta. Las elecciones PASO que ya casi no tienen sentido, la opinión pública entendía que era para resolver sus problemas internos. Que la clase dirigente resuelva sus cosas. Nosotros damos un mensaje pero ustedes resuelvan. El kirchnerismo no lo resolvió en las PASO y lo quiere resolver ahora cuando no es el momento.
La estrategia de campaña fue mostrar la unidad. En la mayoría de las provincias en el Frente de Todos no hubo internas. Solo en seis provincias. No resolvieron sus problemas en las PASO no los quieran resolver ahora en el gobierno. Este montaje que están haciendo, yo lo veo más una obra de teatro, es mostrar que el Kirchnerismo no es Alberto. A él lo pusieron en la mesa de entrada a recibir los cachetazos y en algún momento se iba a cansar. Esto es un montaje para decir que no estamos de acuerdo con Alberto, él es el culpable de todo, nosotros queremos salvarnos”.
Esto lo que hace es enojar más a la gente a aquel disgustado que quizás votó dudando pensando en darle un cimbronazo para ver si se acomoda y pueden recalcular y buscar más soluciones completas a corto plazo. Que de alguna manera dieron un esbozo de eso al reflotar el IFE, vamos a buscar alguna herramienta de impacto directo. Ese era más el camino sin emitir tanto billete porque eso impactaría en la inflación. Me parece que ese mensaje y el mensaje que dio el presidente cuando se subió al escenario diciendo entendimos, queremos escuchar a la ciudadanía, ese era el camino. Después de todo eso, viene este lío.
Estos enojos internos no le favorecen al espacio. Me parece que acá no hay que salvar a un grupo y a otro condenarlo. La unidad que venía poniendo la opinión pública es sentarse, ponerse de acuerdo que fue el gran discurso de Alberto en el 2019. Cerremos la grieta, sentémonos, dialoguemos, tenemos que sacar a la Argentina adelante, ahora no lo están demostrando y no los va a beneficiar de acá a cincuenta días.
Si fuera asesor del Presidente y la verdad que las decisiones en cuanto a ese futuro las tenés que tomar vos. Si él cree que tiene que bancar al ministro de economía es el presidente. Yo me sentaría a hablar con Cristina y no desestabilizaría el gobierno. Entiendo que el ministro no pudo encontrarle la vuelta a muchas cosas, eso es real, pero pasarle factura por una elección, no tiene asidero. Si le pasan factura que sea por cuestiones económicas porque si ganaban nadie hablaba del ministro de economía.
Pero este no es el camino. Si el Frente de Todos salía triunfador el mérito iba a ser de Cristina y de Máximo y si perdía iba a ser culpa de Alberto. Esta pasando eso, le están echando la culpa. Alberto no se puede hacer el distraído. El cuando lo fueron a buscar a su casa, mientras paseaba el perro, el sabía como era este contrato; él iba a recibir todos los cachetazos por estar en la mesa de entrada. Creo era un crónica anunciada, se pasó mucho tiempo criticando al Gobierno cuando estaba afuera y de repente eran todos buenos y maravillosos, hoy se esta poniendo en evidencia todo esto. Esta trilogía con Massa, atada con alambres, al menor problema se iba a deshilachar. La adversidad esta haciendo que esa mesa sea la mesa de los Argento, con mucho movimiento y poca firmeza. De esta manera no creo que consigan otro resultado en las elecciones que viene, por el contrario creo que van a crispar más al electorado y que se les puede escapara un porcentaje más hacia una tercera fuera. Tal vez no a Cambiemos, pero sí a una tercera opción, o un voto bronca que tiene que ver con el ausentismo, o el voto en blanco.
No creo que renuncie ningún ministro, la economía estaba mal y no por perder una elección le echamos la culpa a Guzmán; porque si se hubiera ganado la elección nadie le echaba la culpa. Le están pifiando en todo, desde el comienzo del Gobierno a la campaña. Mostrar un Alberto como el 2020 ya no se puede, la credibilidad después de la foto de Olivos ya no se recupera. Es imposible y menos de esta manera, el Alberto paternalista del 2020 no vuelve más. Este final puede ser muy bravo para la Argentina, esperemos que recapaciten, que entiendan que es una elección perdida y que piensen en el 23.