La pandemia condiciona todos los aspectos de la vida, y permea inevitablemente hacia los proyectos artísticos. Pero pese a las dificultades y protocolos, la decisión es seguir adelante.
Así lo planteó Daniel Killy Lobo, quien entre hoy y el domingo concretará la quinta edición del Encuentro “En el valle de la alegría”, el festival de titiriteros que esta vez reunirá a cinco elencos tucumanos, luego de que el año pasado no pudiese hacerse.
Lobo encabeza el grupo La Feliz Comitiva, que oficiará de anfitrión porque los espectáculos serán ofrecidos por La Mirilla, Maniambulantis, Andrea Corral, Los Títeres de Darío Diblassi y Toque Mágico, que desplegarán sus obras en las escuelas de Amaicha, Los Zazos y zonas cercanas, y en la biblioteca y la plaza de la comunidad de la primera ciudad, siempre cumpliendo con las normas protocolares que la situación amerita.
La agenda comenzará hoy a las 10, en la escuela de Los Copitos, donde Corral presentará la obra “Fermín Bravo”. Por la tarde, desde las 14.30 y en la escuela N° 10 de Amaicha, se verá “Animate un disparate”, a cargo de Toque Mágico. Estas dos funciones y las otras que tendrán lugar en escuelas serán con entrada gratuitas, mientras que las que habrá en espacios al aire libre o no convencionales serán a la gorra
“En otras oportunidades pudimos convocar a grupos nacionales e internacionales, pero esta vez será con presencia local y limitado en cuanto a su despliegue territorial. No queríamos dejar pasar otro año sin que se realizara esta fiesta y a pesar de que nos tocan tiempos difíciles, los titiriteros siempre somos materia dispuesta a la hora de repartir alegría. Esperamos que para el año todo mejore y podamos volver a la anterior modalidad, con un mayor despliegue por la zona”, resalta el organizador.
El titiritero destaca que habrá distintas estéticas en las puestas de escena, desde los clásicos títeres de guante a otras técnicas como títeres de mesa y teatro de sombras. “Entre las técnicas de manipulación también se hará presente Doña Pancracia, la coplerita (es una marioneta de hilos) que representa parte del acerbo popular y de la cultura amaicheña, que ya se instaló en el imaginario popular y convirtió su presencia en una especie de ‘realismo mágico’. Es el momento oportuno para volver, aunque sea un desafío porque ahora además de lo condicionante por las características del territorio nos enfrentamos a las limitaciones generadas por el coronavirus, que nos impide, por ejemplo, llegar a escuelas de alta montaña como hicimos otras veces”, afirma.
Lobo destaca el apoyo del Instituto Nacional de Teatro, del Ente Cultural de Tucumán y de las autoridades de la Comuna de Amaicha (menciona en especial a su delegado comunal Paul Coullai). También agradece el auspicio del hostal Pacha Cuty y “la colaboración que cada año nos brindan los habitantes de la comunidad como Baudilio Bellido y Carmen Pocha Aparicio”.