Un científico vinculado con Tucumán recibió ayer el máximo galardón de los Premios Científicos de la Fundación Bunge y Born 2021. Se trata del doctor en Bioquímica Diego de Mendoza, nacido en Jujuy, pero egresado de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT).
De Mendoza es profesor Honorario de la Universidad Nacional de Rosario y de la UNT. Su larga trayectoria en el estudio de bacterias y su producción científica de excelencia -informa la fundación- lo convirtieron en el ganador del premio, que cada año distingue diferentes disciplinas. En esta oportunidad, se eligió la microbiología, es decir, la rama de la ciencia que estudia las formas de vida y el funcionamiento de los microorganismos.
El jurado, conformado por investigadores de todo el mundo, distinguió al bioquímico por “su dedicación permanente a la producción de conocimiento científico de excelencia con impacto internacional; la formación de numerosos recursos humanos de calidad; las tareas de gestión en los organismos de ciencia nacional; el reconocimiento a su trayectoria por parte de los más prestigiosos organismos científicos internacionales, y su continua contribución a la promoción y a la generación de recursos para el desarrollo de la ciencia en el país”, se informó en un comunicado.
“Me siento muy honrado con el otorgamiento del premio; sobre todo, teniendo en cuenta quienes fueron los premiados anteriores, que son todos de excelencia. Y por supuesto, agradecido al jurado nacional e internacional que me eligió”, expresó De Mendoza a LA GACETA emocionado, durante una conversación telefónica, desde su casa, en Rosario. Expresamente se refirió a su casa de estudios: “le debo mucho a la UNT”, afirmó.
Sobre sus trabajos
En sus décadas entregadas a la ciencia, el investigador logró grandes avances en el mundo de las bacterias. Afincado en Rosario, conformó equipos con los que hizo hallazgos pioneros a nivel mundial.
“Descubrimos la primera proteína que detecta temperatura y que le hace saber a la bacteria cuándo hace frío y cuándo hace calor -explicó a nuestro diario De Mendoza-; se ha iniciado un proyecto, con una empresa, para poner esa proteína en las plantas, para que las proteja del frío”
Pero eso no es todo, Diego y su equipo realizaron el hallazgo de otra proteína que monitorea la cantidad de lípidos que necesitan sintetizar las bacterias para reproducirse.
Esto contribuyó al desarrollo de antibióticos que atacan la producción de esas grasas e impiden así el crecimiento de las bacterias. “Los lípidos son muy importantes para que la bacteria viva. Lo que nosotros hicimos fue encontrar una proteína que controla que la bacteria sintetice la cantidad de lípido justo. Si usted interfiere con esa proteína, la bacteria se quedaría sin lípidos y se convertiría en un antibiótico”, aclaró.
Gracias a este estudio, se están realizando avances en el campo de la biotecnología.
“A partir de la bacteria y todo lo que se genera con esa proteína, podemos modificar a la bacteria para que produzca bioplástico. Ese es un proyecto muy avanzado, se está tratando con empresas para que hagan más inversiones y se pueda llevar a un producto final, que sería un plástico que uno lo pone en contacto con la basura y, al cabo de un tiempo, se degrada”, agregó el científico.
Y para enfermedades
Su más novedosa línea de trabajo tiene que ver con un gusano muy pequeño.
Actualmente De Mendoza estudia la regulación del tráfico intracelular de colesterol y la influencia del metabolismo de lípidos en la agregación de moléculas amiloides, que son las que se depositan en las neuronas de los enfermos de parkinson.
“Nos interesamos en un animal multicelular, un gusano, en el cuál estudiamos aspectos de enfermedades neurodegenerativas. El gusano es un muy buen modelo, porque es muy parecido al humano, de hecho más del 70% de las proteínas que hace el gusano son iguales a las nuestras. Entonces, así, podemos estudiar estas enfermedades con la expectativa de entender más sobre ellas”, cuenta el investigador y docente.