Ahora San Martín debe levantarse rápido

Pese al durísimo golpe por la derrota ante Tigre, San Martín no tiene tiempo para lamentos. Ahora debe ir por el segundo ascenso en el Reducido.

FALLÓ LA ÚNICA QUE TUVO. Cano (intenta dejar en el camino a Alarcón) dispuso de una oportunidad para desnivelar el juego en la primera mitad. Llegó algo exigido y su remate fue tapado por Marinelli. FALLÓ LA ÚNICA QUE TUVO. Cano (intenta dejar en el camino a Alarcón) dispuso de una oportunidad para desnivelar el juego en la primera mitad. Llegó algo exigido y su remate fue tapado por Marinelli. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA

El golpe es duro, fuerte, seco. Semeja ser un gancho al hígado capaz de poner de rodillas hasta al boxeador más fuerte. San Martín estaba a un par de pasos del máximo objetivo pero el contundente cachetazo lo despertó del sueño. Y lo obliga a tomar fuerzas para salir a buscar la heroica.

En el partido más importante de la temporada, al “Santo” le faltó fuerzas para pararse de mano y demostrar que puede estar para grandes cosas. No fue un duelo pésimo del equipo, pero fallaron puntos clave que no le permitieron dar el salto de calidad ante un equipo que tiró sobre el verde césped la jerarquía de sus individualidades y el oficio para manejar algunas situaciones del juego.

Con el 0-2 sentenciado y el boleto que indica que deberá buscar el pasaje a la Liga Profesional recorriendo el camino más extenso y sinuoso, está de más enfocar el análisis sobre supuestos. El qué hubiera sido de... no entra en el juego; aunque Marcelo Estigarribia tuvo la chance más clara en el ocaso del primer tiempo, pero Gonzalo Marinelli estuvo gigante para ahogarle el grito.

Pese a no haber tenido un gran primer tiempo, el “Santo” parecía más punzante de mitad de cancha hacia adelante. Pero en todas las aproximaciones fallaba en el último pase.

Las bajas por suspensiones y lesión no se notaron tanto como los bajos rendimientos de los futbolistas encargados de desnivelar en los metros finales.

Daniel González y Leandro Vella aportaron poco y nada y eso San Martín lo sintió muchísimo. En la única que “Tanito” estuvo lúcido, Estigarribia definió a media altura y posibilitó que el arquero “matador” se luciera.

Como contrapartida, Tigre se mostraba más peligroso del medio hacia arriba que sólido en la última línea.

Pablo De Muner acomodó los tantos en la charla del entretiempo y el equipo salió con otra cara a jugarse el pellejo en los últimos 45 minutos de la fase regular. Pese a que los que habían estado flojo en la primera mitad no levantaban, Tino Costa se puso el equipo al hombro y el “Santo” comenzó a manejar la pelota y los tiempos.

Daba toda la sensación que podía llegar a pegar el primer golpe, pero un error en la marca en mitad de cancha terminó con los sueños en La Ciudadela.

Sebastián Prieto escaló por izquierda y nadie lo siguió. Nicolás Sansotre salió a la desesperada a tratar de evitar el centro, pero la pelota le llegó limpita a Pablo Magnín que definió con su clase característica, ante la desesperación de Hernán Pellerano por tratar de evitarlo.

Ese tanto “rompió” el partido. Con el 0-1 y sabiendo que debía dar vuelta la historia, San Martín fue un manojo de nervios. Eso lo llevó a equivocar una y mil veces los caminos y le simplificó la tarea a Tigre para sentenciar la historia y el pasaje a la finalísima por el primer ascenso.

Con el mazazo todavía fresco, el “Santo” está obligado a levantar la cabeza rápido. En su historia nada le fue fácil a un San Martín, que conoce lo que es ponerse de pie y volver a dar pelea. Le queda una bala en la recámara y deberá aprovecharla al máximo. “Hay que seguir creyendo”, dijo el DT. Eso será clave para digerir la bronca e ir en busca del tesoro perdido.

Ferro, el primer escalón en la búsqueda del segundo ascenso

Ganarle a Tigre no era el único camino para llegar a la Liga Profesional, pero sí el más corto: de haberlo conseguido, San Martín hubiera quedado a sólo un triunfo de regresar a Primera división (por más que el rival fuera el polémico Barracas Central).

Ahora, el equipo de Pablo De Muner tendrá que recorrer el más largo y empinado: el del Reducido, en el que deberá superar tres llaves (cinco partidos) para quedarse con el segundo ascenso.

De acuerdo al formato del torneo, los ganadores de cada grupo (Tigre por el A, Barracas por el B) jugarán este domingo la final por el primer ascenso. Los ubicados del segundo al cuarto puesto de cada grupo pasan a jugar el Reducido con llaves de ida y vuelta, comenzando en la instancia de cuartos de final a partir del lunes que viene.

San Martín, que llegaba con chances de terminar primero, quedó relegado al cuarto puesto del grupo A luego de que Almirante Brown diera vuelta el partido contra Alvarado (3-2) y Quilmes le ganara 1-0 a Belgrano en Córdoba con un gol de penal. En el cruzamiento, le tocará enfrentar al segundo de la Zona B, es decir Ferro, cuyo triunfo sobre Almagro (3-2) no le alcanzó para desplazar a Barracas.

El “Santo” recibirá a Ferro el lunes (en principio, desde las 21), y el sábado 27 deberá visitarlo en Caballito. A su vez, las otras llaves serán Independiente Rivadavia - Almirante Brown y Deportivo Morón - Quilmes.

Los tres ganadores de estas llaves avanzarán a semifinales, instancia en la que esperará el perdedor de la final entre Tigre y Barracas. Las “semis” también se jugarán a ida y vuelta. La única excepción será la final del Reducido, que será a partido único y en cancha neutral, presumiblemente el 18 de diciembre.

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