Un hito del periodismo cultural

Por Daniel Dessein. Para LA GACETA - TUCUMÁN

“(El diario) La Nación tenía dos patas en los que era imbatible: Campo y Cultura; perdió la última de ellas con Clarín”. La frase es de Carlos Fuentes y la pronunció en un almuerzo en el que lo escuchaban José Claudio Escribano y Tomás Eloy Martínez. Ese diagnóstico impulsó el lanzamiento de la revista ADN en La Nación. La causa de lo que señalaba Fuentes era Ñ, la revista que fundó y dirigió Juan Bedoian.

Ñ cambió la forma de hacer periodismo cultural en Iberoamérica. Combatió los vicios del género (el lenguaje críptico, la solemnidad, el elitismo, el faccionalismo), abrió sus temas y amplió su público. Dejó de definirse por el objeto para definirse por el enfoque. Desde el primer número, todas las cuestiones entraron dentro de su campo (de la televisión al fútbol, de la política a la cocina, de la música clásica a la música pop), pero analizadas con profundidad y una prosa trabajada. Los libros y las artes tuvieron un lugar destacado en el que convivieron clásicos con novedades y best sellers, escritores consagrados y jóvenes promesas. Diversidad temática, estética e ideológica; calidad, innovación, amenidad. Marcas de Ñ y de su creador.

En la nota principal de este número, publicada en la misma semana en Ñ, Ricardo Kirschbaum despide a Juan Bedoian. Partieron juntos desde Tucumán, hace más de cuatro décadas, a Buenos Aires. Trabajaron en Clarín y forjaron dos carreras notables dentro del periodismo argentino. La nota es la despedida a un colega y a un hermano.

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