Pacientes oncológicos, cardiológicos, diabéticos o con insuficiencia renal requirieron más cuidados paliativos que lo esperado, debido a la tensión del sistema sanitario durante buena parte de la pandemia, dijo a Télam María de los Ángeles Minatel, directora ejecutiva de la Asociación Argentina de Medicina y Cuidados Paliativos (AAMyCP).
“Nadie duda de que la covid-19 irrumpió como emergencia y había que abocarse a eso. Pero, mientras tanto, otras patologías se agravaron mucho y se perdió tiempo valioso”, señaló Y aunque admitió que todavía es difícil de cuantificar, insistió en la gravedad del aplazamiento.
“El retraso en diagnósticos y tratamientos se reflejó en complicaciones posteriores y pérdida de funcionalidad que, tal vez, se podrían haber evitado”, agregó.
Pero la pandemia no sólo aumentó la demanda de la asistencia paliativa sino que dejó al descubierto su importancia en “la atención de las necesidades más humanas de los pacientes y sus familias”, afirmó Mariana Jacobs, miembro del Hospice Kamalaya, una ONG que asiste a personas en situación de vulnerabilidad en el final de la vida. Ambas se pronunciaron a favor de que sea tratado “cuanto antes” el proyecto de Ley de Cuidados Paliativos, ya con media sanción parlamentaria.
De qué hablamos
“Los paliativos son los cuidados centrados en garantizar calidad de vida del paciente y su familia, con un abordaje integral y multidisciplinario que atiende necesidades físicas, psicológicas, emocionales, sociales y espirituales”, explicó Jacobs.
“Si a una persona -no importa su edad- se le diagnostica una enfermedad grave, crónica y que amenaza su vida, tiene derecho a asistencia que ayude a reducir la experiencia global de sufrimiento; y es importante que esta atención comience temprano”, agregó.