LONDRES.- En 2014, cuando las tropas de Vladimir Putin entraron en Crimea, anexando parte de Ucrania, una primera ronda de sanciones internacionales cayó sobre el Kremlin. Y eso le dejó a Moscú una lección importante. Desde entonces, Putin ha desarrollado mejores mecanismos de defensa, dejando de depender del dólar y tratando de proteger la economía rusa.
Sin embargo, un nuevo paquete de medidas restrictivas fueron anunciadas este martes por las potencias occidentales como reacción a la decisión de Putin de reconocer como “repúblicas independientes” a dos territorios prorrusos de Ucrania, lo que es visto como un primer paso para una intervención más amplia.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, al anunciar una serie de medidas financieras contra Rusia, consideró que, con la decisión de Putin, la invasión a Ucrania había comenzado. Biden indicó que golpearía con “sanciones de bloqueos totales” a dos grandes instituciones financieras rusas: un banco militar (Promsvyazbank) y el VEB, el banco estatal que se encarga de apoyar el desarrollo de la economía, gestionar la deuda del Estado y los fondos de pensiones. Previamente, Berlín había anunciado la suspensión del proceso de aprobación para la entrada en funcionamiento del gasoducto Nord Stream 2, que conecta a Alemania y Rusia, y Reino Unido también había adelantado sanciones contra bancos, políticos y entidades rusas.
Tanto Estados Unidos como Europa prometieron más sanciones en caso de que Rusia continuara su escalada contra Ucrania. Pero ¿cuán efectivas pueden ser estas medidas? ¿Está preparada Rusia para evadirlas?
No es la misma
La Rusia de hoy no es económicamente la misma que se anexó Crimea hace ocho años. El gobierno de Putin ha acumulado durante estos años enormes reservas de divisas y ha recortado sus presupuestos para mantener su economía y sus servicios gubernamentales en funcionamiento, incluso bajo aislamiento. Así, ha reorientado el comercio y buscado reemplazar las importaciones occidentales, de forma tal que le sea más fácil evadir las sanciones. Al punto que, según analistas, el mandatario ruso está en capacidad de mostrar que puede soportar las sanciones por más tiempo de lo que supone Occidente.
El lunes, en una reunión con su Consejo de Seguridad, Putin preguntó a varios ministros qué tan preparada está Rusia para hacer frente a sanciones, a lo que sus funcionarios respondieron que Occidente pondría trabas a Rusia de cualquier forma y que el país estaba preparado para ello. Para enero de este año, las reservas internacionales del gobierno ruso en divisas y oro estaban en niveles récord, con un valor de más de US$630.000 millones. Esa es la cuarta cantidad más alta de tales reservas en el mundo y podría usarse para ayudar a apuntalar la moneda rusa, el rublo, durante un tiempo considerable.
Solo alrededor del 16% de las divisas de Rusia se mantienen actualmente en dólares, frente al 40% de hace cinco años. Alrededor del 13% ahora se mantiene en renminbi chino. Mientras que cerca de la mitad de los activos y pasivos externos bancarios totales de Rusia están en dólares estadounidenses, según datos del banco central. Es una disminución aproximada del 80% en 2002 y el 70% a principios de 2014.
China tiene una buena parte en esa estrategia. En fechas recientes, Putin viajó a Pekín para participar en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno, mientras la mayoría de los gobiernos de Occidente desistieron de enviar a sus funcionarios a la ceremonia en boicot diplomático por los abusos a los derechos humanos en el país asiático.
Y el lunes en la noche, mientras la mayoría de las naciones condenaba en el Consejo de Seguridad de la ONU la decisión de Putin de reconocer como “repúblicas independientes” las zonas rebeldes de Donestk y Luhansk, el gobierno chino fue de los pocos que no se sumó al cuestionamiento y se concentró en llamar al entendimiento “de todas las partes”.
El gobierno de Moscú también ha dado los primeros pasos para crear su propio sistema de pagos internacionales, en caso de que lo corten de Swift, un servicio de mensajería financiera global supervisado por los principales bancos centrales occidentales.
El Kremlin también ha recortado el tamaño de su presupuesto, priorizando la estabilidad sobre el crecimiento, lo que ha significado que la economía rusa ha crecido a un promedio de menos del 1% anual durante la última década, pero puede haberse vuelto más autosuficiente en el proceso. “Lo que Rusia está haciendo, en efecto, es construir casi un sistema financiero alternativo para poder soportar algunos de los impactos de las sanciones que Occidente podría imponer”, dice Rebecca Harding, directora ejecutiva de Coriolis Technologies. (BBC Mundo)