San Martín debe olvidar las lagunas y empezar a tocar

PIDE ESPACIOS. Agustín Prokop levantó al mediocampo y provocó la reacción del equipo de San Martín. PIDE ESPACIOS. Agustín Prokop levantó al mediocampo y provocó la reacción del equipo de San Martín. ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ

Después de desafinar en Mar del Plata, San Martín volvió a hacer bailar a La Ciudadela. Ese baile sonó más parecido al ideal que pregona Pablo De Muner. Lejos de la banda que desafinó ante Alvarado, esta vez el “Santo” encontró la mejor sinfonía al compás de un mediocampo que poco a poco toma ritmo. Así, ganó y se acomodó arriba, junto a Belgrano y Brown de Madryn, a los que supera por diferencia de gol.

El sábado, contra Almagro, recuperó su idea en un juego en el que pudo tomar nota de varios aspectos. Está claro que San Martín encuentra su armonía cuando tiene la pelota, que sabe cómo imponer condiciones, que se siente cómodo manejando los tiempos de partido y que no le pesa el traje de protagonista. Sin embargo, en el duelo contra el “Tricolor” quedó demostrado que no puede permitirse largas pausas en la posesión. En el inicio del segundo tiempo le cedió la pelota a Almagro y pasó algunos sofocones innecesarios.

El torneo es largo y todo está por verse. Pero si bien el grupo debe continuar ensayando para convertirse en una verdadera orquesta, los movimientos que viene esbozando comienzan a ser más acordes para un equipo que quiere tomar la batuta de un torneo al que le faltan 30 fechas para poder cantar victoria. Sin embargo, casi todas las funciones que dio hasta acá, deben dejarlo tranquilo.

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