Las ninguneadas

Las redes sociales usadas para el bien construyen (y sorprenden mucho, a veces) Algunos videos de menos de un minuto te cuentan por ejemplo, la terrible historia de Hipatía de Alejandría (nacida, aproximadamente, en el año 350 después de cristo, es decir, 1000 años antes que Leonardo Da Vinci a quienes todos conocemos y admiramos )

Hipatía es considerada la primera mujer científica con una vida documentada, es decir, de la cual quedan registros por escrito sobre sus saberes y conocimientos. Fue astrónoma y dedicó su vida a la ciencia. Era hija y discípula del matemático y astrónomo Teón, figura notable en la época que se dedicaba a transcribir textos y elaborar comentarios. Uno de los más conocidos fue el de “Elementos de la Geometría” de Euclides, en el que su hija participó. Hipatía logró abrirse paso y progresar en una era donde a las mujeres se les negaba el conocimiento. Viajó a Atenas y Roma para formarse y se convirtió en una maestra neoplatónica brillante que impartía lecciones de matemáticas, filosofía y astronomía. Su discípulo más conocido fue el obispo Sinesio de Cirene con el que se escribía cartas a menudo y gracias al cual sabemos muchos detalles de su historia.

Los aportes que realizó la ciencia fueron sumamente valiosos. Fue inventora y creó varios diseños de mejora para instrumentos como el astrolabio (que mide la posición de los astros), el hidrómetro (que mide el peso de los líquidos), un aerómetro (estudia la densidad relativa de los líquidos) y el hidroscopio (que mide el nivel de agua). ¿Alguna vez oyeron hablar de ella? ¿Cuánto se conoce sobre su vida y obra?

Sus trabajos se perdieron y figuran algunas referencias sobre su nombre y obra que se fueron reconstruyendo a lo largo de los años a través de las cartas que escribió a sus discípulos, por ejemplo.

La historia de Hipatía fue llevada al cine en 2009 por el director español Alejandro Amenábar en la película “Ágora”, protagonizada por Rachel Weisz. Allí se relata el cruel final que tuvo su vida: “En la escuela de Alejandría, Hipatía transmitió esta doctrina filosófica y con el espíritu integrador pitagórico, no separaba los estudiantes según su religión. Por eso, sus alumnos eran un modelo de diversidad cultural, religiosa y étnica. Pero la ciudad egipcia estaba sumida entonces en un encendido debate entre el paganismo heleno y el cristianismo. La llegada al poder de Cirilo, que atacaba a todos los colectivos religiosos que no aceptasen el cristianismo impuesto con el pretexto de purificar la fe, no solo fue el final del sueño cosmopolita y tolerante de Alejandría, sino también de Hiparía. Una campaña de difamación contra ella acabó con su brutal asesinato por parte de un grupo de fanáticos”, explicó El Periódico de España haciendo referencia a su vida.

¿Cómo hacer para difundir, en igual medida, el trabajo de mujeres que aportaron mucho, poco o igualmente a la ciencia que los varones? ¿Pasa solo con las mujeres en la ciencia? ¿Hubo mujeres trabajando en otros ámbitos como la historia, las artes, la psicología, que realizaron aportes igualmente importantes?

Hace poco tiempo se lanzó en redes sociales Las ninguneadas, @lasninguneadas, un proyecto de Sofía Isis Dama (@sofisisss) y Julieta Glasserman (@juliglasserman) que busca visibilizar a personas no masculinas del mundo del arte.

“¿Alguna vez escuchaste hablar de Leonora Carrington? Si no, es porque es parte de una enorme cantidad de mujeres artistas que fueron sistemáticamente borradas de la historia”, aseguran en sus posteos en donde presentan a muchas de ellas. Con el objetivo de divulgar arte desde una mirada feminista y también menos elitista, comparten información sobre sus obras y trayectorias y proponen acciones como videos, charlas y conversatorios e intervenciones en la calle.

“Leonora Carrington nació de una familia de la clase alta inglesa con un padre que se opuso a que su hija fuera artista y una madre que siempre la apoyó. A los 19 años asistió a la primera exposición surrealista en Inglaterra y conoció a Marx Ernst. Se mudaron a Provenza al año siguiente de donde tuvieron que escapar al poco tiempo debido al régimen nazi. Marx fue arrestado y Leonora se dirigió a Madrid para intentar ayudarlo. Su padre aprovechó para cumplir su objetivo de encerrarla. Le dieron tres dosis de luminal y una inyección en la espina dorsal. La entregaron como un cadáver a un psiquiátrico donde la ataron de pies y manos, desnuda, medicándola con cardiazol y generándole un efecto parecido al electrochoque. Medio año después su padre ordenó trasladarla a Sudáfrica y mientras era trasladada Leonora se escapó y se encontró con una diplomático amigo que la ayudó a llegar a México en donde se enamoró de la escena artística. Con un gran interés en lo místico y lo sagrado encontró inspiración en la cultura mexicana y maya. Y se convirtió en una de las mayores exponentes de una nueva corriente artística: el realismo mágico”, dice un video de 60 segundos en donde presentan a la artista.

“Es una de las historias más fuertes e inspiradoras que conocemos”, aseguran las chicas que realizan Las Ninguneadas mientras siguen rescatando del olvido las historias de cientos de mujeres que fueron sistemáticamente eliminadas de la historia. Una historia que hoy se vuelve a contar.

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