El alto costo que paga el Gobierno por la inflación

Antes de que lo difunda el Indec, Guzmán reveló que el IPC de marzo estará por arriba del 6%, en medio de una puja interna.

UNA CARRERA DESIGUAL. Precios y el salario. ARCHIVO UNA CARRERA DESIGUAL. Precios y el salario. ARCHIVO

La inflación no sólo se ha convertido en un problema que agobia a todos los agentes económicos, sino que también mina la gestión de Gobierno. En el seno del oficialismo, el incremento de los precios al consumidor han causado una diáspora que se exteriorizó con el enfrentamiento entre el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti. La aflicción oficial ante la falta de impacto de las medidas oficiales para frenar los precios llega a tal punto que, días antes de que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) difunda el dato de marzo, el propio Guzmán salió a reconocer que la inflación será superior al 6%. Frente a ese escenario, el conductor del área económica pidió “apoyo político” para implementar el programa económico aprobado en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) evitando generar “incertidumbre” sobre la toma de decisiones.

El ministro, a su vez, reclamó “cohesión” dentro de la coalición gobernante para despegar dudas sobre la continuidad del programa económico. En medio de esta puja, Feletti acompañó ayer al gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, que anunció una batería de medidas antiinflacionarias. Entre otras, destacó el fortalecimiento de los mercados bonaerenses; beneficios para los consumidores; mejora en el acceso a los mercados bonaerenses, y un programa de relevamiento y fiscalización de precios.

Frente a esta situación política e institucional, el ex director del Banco Central, Enrique Szewach, advirtió que “un grupo muy importante” del Gobierno “está conspirando por la hiperinflación”, y consideró que esa actitud “hace difícil instrumentar” el acuerdo con el FMI. “La hiperinflación es básicamente el final de una historia, donde todos huyen del peso. Pero esa condición es muy determinada por la política. Existe hoy un grupo muy importante de la coalición oficialista conspirando por la hiperinflación”, alertó el economista. Sin embargo, aclaró que si el Gobierno “estabiliza su política interna, la hiperinflación es totalmente evitable, más en el marco del acuerdo con el FMI”.

Otro que se refirió a las palabras de Guzmán fue el economista Juan Carlos de Pablo que, en una charla con Radio Rivadavia, indicó: “ (Guzmán) dice que es la más alta del año. Estás anticipando que el resto de los meses va a ser menor a esto y cómo lo sabe. No conozco a ninguna persona que en base a estas declaraciones morigere o modifique sus expectativas” y añadió que “tenés a un poder ejecutivo totalmente deshilachado. Nadie le cree y no tiene equipo económico”.

El ministro de Economía de la Nación viene sosteniendo que los ejes del programa en marcha para tratar de frenar la inflación son la acumulación de reservas, el apoyo a los sectores productivos que generan reservas y una reducción de la emisión monetaria para cubrir el déficit fiscal.

En una charla con LA GACETA, el director del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), Jorge Colina, indicó que la gestión del presidente Alberto Fernández viene afrontando “la guerra contra la inflación con las mismas armas que, en reiteradas oportunidades, intentó frenar los precios. Esto es con controles de precios, ley de abastecimiento, aumento de los derechos de exportación de la harina y aceite de soja en un 2% para financiar un fondo de estabilización del precio del trigo y la convocatoria a representantes empresariales, sindicales y de organizaciones piqueteras. El economista señaló que los argentinos, en este escenario, prácticamente se acostumbraron a sobrevivir con inflación elevada. Por esa razón, no hay capacidad de ahorro, mucho menos inversión en un país que no reconstruye su credibilidad. “Los salarios correrán siempre por detrás de la inflación y eso, indudablemente, no sólo repercute en el humor social, sino también de la actividad económica”, acotó. Colina explica que el escenario de inflación anual del 60%, proyectado por analistas en el Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central será posible en la medida que haya una inflación del 4% promedio mensual. “Si es del 5%, debemos pensar en una tasa del 75% y si se va a más del 6% mensual, en otra de 84%”, estimó.

Según el economista Federico González Rouco, con la inflación de 6% de marzo (según las estimación del propio Guzmán), “vamos a cerrar el primer trimestre de 2022 con la mayor inflación desde 1991”. En su cuenta en Twitter, el economista ubica el IPC en tiempos del actual ministro de Economía en un 15,3% para el trimestre, superando el 13,8% de Kicillof, cuando era ministro de Economía de Cristina Fernández de Kirchner. En el mercado proyectaron que si el acumulado del primer trimestre es del 14% de inflación, la acumulada anual será del 56%. Así, si se da este escenario, el IPC será el más elevado desde el 84% de 1991, cuando terminó la hiperinflación.

El mes pasado, el Centro de Estudios Económicos Equilibria había advertido acerca de este panorama inflacionario. “La suba en los precios de los alimentos y la energía redundará en una caída del poder de compra de los salarios y del consumo privado”, fundamentó entonces. “Obviamente -acotó-, parte de esa aceleración vendrá de la mano de las correcciones cambiaria y tarifaria: tanto el tipo de cambio oficial como las tarifas de servicios público especialmente luz y gas acelerarán su ritmo de suba con respecto al año pasado. Sobre una inflación que viene moviéndose cerca del 4% promedio mensual durante el último trimestre, el shock de precios internacionales sumados a los ajustes de precios atrasados tipo de cambio y tarifas no puede sino acelerar la inflación, que en nuestro escenario base se moverá del 51% de 2021 al 65% para este año”, indicó Equilibria en su reporte.

Banco Central: ¿otro aumento de la tasa?

El directorio del Banco Central adelantó para hoy su habitual reunión en la que decidirá si aplica una nueva suba de la tasa de interés de referencia para hacer frente a la escalada inflacionaria. El último ajuste lo realizó el 22 de marzo cuando la elevó dos puntos, a 44,5%. La reunión de directorio se realizará en el mismo momento en el que el Indec difundirá la evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de marzo y que se prevé oficialmente que superará el 6% para ese mes.

El acuerdo con el FMI contempla que el país logre una tasa de interés positiva (o sea superior a la inflación), pero a la luz de los últimos datos eso no parece ser una tarea sencilla.

La suba de la tasa de interés tiene como efecto directo un alza en los rendimientos que el Central tiene que pagar por sus pasivos, que ya superaron los $ 5 billones.

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