EEUU y sus aliados prometen armas pesadas para Ucrania, pese a las amenazas rusas

Se llevó adelante una reunión clave en Alemania. Crecen las tensiones por un posible conflicto de carácter nuclear.

Civiles pasan en motocicleta por los escombros de la maquinaria militar rusa destruida durante la invasión rusa de Ucrania, en el pueblo de Rusaniv, región de Kiev. Foto de Reuters Civiles pasan en motocicleta por los escombros de la maquinaria militar rusa destruida durante la invasión rusa de Ucrania, en el pueblo de Rusaniv, región de Kiev. Foto de Reuters
26 Abril 2022

Estados Unidos y sus aliados de Occidente se reunieron este martes en una base aérea alemana para prometer nuevos paquetes de armas cada vez más pesadas para Ucrania, restando importancia a la amenaza de Rusia sobre que su apoyo a Kiev podría conducir a una guerra nuclear.

Los funcionarios estadounidenses cambiaron el énfasis esta semana, y pasaron de hablar principalmente de ayudar a Ucrania "a defenderse" a ponderar una victoria ucraniana que debilitaría la capacidad de Moscú para amenazar a sus vecinos.

Recientemente, las potencias occidentales aprobaron envíos de cientos de millones de dólares en armas, incluida artillería y drones que se abstuvieron de enviar en fases anteriores de la guerra, y quieren que sus aliados hagan lo mismo.

"Naciones de todo el mundo están unidas en nuestra determinación de apoyar a Ucrania en su lucha contra la agresión imperial de Rusia", afirmó el secretario de Defensa, Lloyd Austin, al dar la bienvenida a funcionarios de más de 40 países a la base aérea de Ramstein en Alemania, sede del poder aéreo estadounidense en Europa. Y agregó: "Ucrania claramente cree que puede ganar, al igual que todos aquí".

En un cambio notable, Alemania, donde el gobierno había estado bajo presión después de rechazar las peticiones de armas pesadas de Ucrania, anunció que ahora enviaría tanques ligeros "Gepard" con armas antiaéreas.

"El significado real de esta decisión no radica en la diferencia que Gepards puede hacer en el campo de batalla, sino en la señal que envía", explicó Marcel Dirsus, miembro no residente del Instituto de Política de Seguridad de la Universidad de Kiel.

En una marcada escalada de la retórica rusa, en la televisión estatal se le preguntó al ministro de Relaciones Exteriores Sergei Lavrov sobre la perspectiva de la Tercera Guerra Mundial y si la situación actual era comparable a la crisis de los misiles cubanos de 1962 que casi provocó una guerra nuclear.

“El peligro es serio, real. Y no debemos subestimarlo”, afirmó Lavrov, según la transcripción de la entrevista del ministerio. “La OTAN, en esencia, está involucrada en una guerra con Rusia a través de un representante y está armando a ese representante. Guerra significa guerra”, enfatizó.

Mark Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto de EE. UU., aseguró a los periodistas -mientras volaba a la reunión del martes- que las próximas semanas en Ucrania serían "muy, muy críticas".

"Necesitan apoyo continuo para tener éxito en el campo de batalla. Y ese es realmente el propósito de esta conferencia", sostuvo, describiendo el objetivo como la coordinación de la ayuda que incluye armas pesadas como la artillería de obuses.

Austin, quien visitó Kiev el domingo junto con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, afirmó ayer que quieren "ver a Rusia debilitada hasta el punto de que no pueda hacer el tipo de cosas que ha hecho al invadir Ucrania".

Alemania, el mayor consumidor de energía de Rusia, también remarcó que esperaba eliminar el petróleo ruso de sus suministros en unos días.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, visitó Moscú en una misión de paz, aunque Kiev y los países occidentales dijeron que dudaban que pudiera lograr mucho.

"Estamos extremadamente interesados en encontrar formas de crear las condiciones para un diálogo efectivo, crear las condiciones para un alto el fuego lo antes posible, crear las condiciones para una solución pacífica", sostuvo Guterres en una reunión con Lavrov, antes de las conversaciones con el presidente Vladímir Putin. (Reuters)

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