Que el verde césped se transforme de un día para otro en una cubierta de piedritas es parte del método que usan algunos municipios de la capital chilena para consumir menos agua frente a la sequía que ya se extiende por más de una década.
Con la esperanza de que en pocos meses verán crecer arbustos, árboles, flores y hierbas aromáticas que atraerán mariposas, abejas y otros insectos, los vecinos ven cómo cambia el paisaje urbano. Es lo que está haciendo la alcaldía del rico municipio Providencia. “Era un gasto de agua que no podíamos mantener”, dice Valentina Vega, jefa de áreas verdes de esa comuna.
La mayor parte de las 73 hectáreas de áreas verdes del municipio está cubierto de césped, pero un 10% corresponde a sectores como veredas, retornos de autopistas o bandejones entre las vías para autos, que a diferencia de plazas o parques, no se utiliza para hacer deportes ni descansar.
El césped es una de las especies que más agua consume, unos seis litros por metro cuadrado. Y el objetivo del municipio es transformar esa superficie residual en jardines sustentables, con especies que consumen muy poca agua y que cuenten con un sistema de riego por goteo. “Esto es un ahorro de casi 90% de agua respecto de un sistema de paisajismo tradicional”, agrega Vega. “El paisajismo de Santiago es de un clima mediterráneo. Ahora estamos en un clima semidesértico”, añade. (Reuters)