En Bolivia los presos reducen sus condenas con cada libro leído

Hasta el momento, 865 reclusos se sumaron al programa que funciona en 47 cárceles.

MENOS BARRERAS. Una mujer privada de su libertad lee en una prisión de Bolivia. MENOS BARRERAS. Una mujer privada de su libertad lee en una prisión de Bolivia. REUTERS
03 Mayo 2022

Un libro se ha convertido en el mejor compañero de celda para muchas personas que viven en las hacinadas cárceles bolivianas, porque el hábito de leer puede ayudarles a reducir sus condenas.  

Inspirada en una experiencia implementada en Brasil, el programa estatal 'Libros tras las rejas' se ha instalado en 47 cárceles de ese país que no cuenta con los recursos para costear programas de educación, reinserción o asistencia social, según la Defensoría del Pueblo.  

Hasta el momento, 865 reclusos leen por su libertad, entre ellos está Jaqueline, que ya tiene ocho libros leídos en un año y cuatro pruebas de lectura aprobadas. 

"Hay personas que están aprendiendo a leer y escribir", dijo Jaqueline.  Bolivia no tiene ni cadena perpetua ni pena de muerte, pero la detención preventiva, que debería ser de solo seis meses, se puede extender por muchos años debido al deteriorado sistema judicial.  

"Cuando leo estoy en contacto con todo el universo. Las paredes y las rejas desaparecen", reconoció Mildred, también interna en la cárcel de mujeres Obrajes de la ciudad de La Paz, centro político de Bolivia.  

En prisión la lectura es un privilegio de unos pocos. Con un haber diario de ocho bolivianos, equivalente a poco más de un dólar, los internos se ven obligados a trabajar para comer y pagar los altos costos judiciales si alguna vez quieren salir. Hornear pan, tejer o lavar ropa para clientes externos son algunos de los trabajos disponibles para los reclusos. Sin estos ingresos, los reclusos no pueden permitirse comprar bienes como artículos de tocador.  

La defensora del Pueblo, Nadia Cruz, explicó que el mayor logro del programa lanzado en 2019 es dar esperanza a los reclusos en espera de juicio, atrapados por el sistema de Justicia notoriamente lento del país andino.  

"Este proyecto se sustenta principalmente en la voluntad de los privados de libertad. Eso es importante porque lo que se reduce es muy poco, son horas o días en algunos casos, dependiendo de lo que decida la junta", afirmó a Reuters. 

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