Ataque en Las Cañas: sólo falta saber quién mandó a matar al árbitro

Hay dos procesados y un prófugo en el cuarto caso de crimen por encargo que investiga la Justicia. Una mujer quedó bajo sospecha

CONMOCIÓN. La ambulancia asiste al árbitro después de haber sufrido el cruenta ataque en Las Cañas.  CONMOCIÓN. La ambulancia asiste al árbitro después de haber sufrido el cruenta ataque en Las Cañas.

“Lo único que pretendo es que haya justicia y que se encuentre a todos los responsables que me hicieron”, señaló con la voz entrecortada por el llanto Oscar Pérez, el árbitro que quedó parapléjico después de haber sido atacado en el complejo deportivo de Las Cañas, Yerba Buena. En una audiencia que se realizó ayer por la mañana, quedó en claro que a la víctima la intentaron matar por encargo. Los autores están identificados y procesados, pero aún queda saber quién fue el que pagó para que acabaran con su vida. Este es el cuarto caso de crimen por encargo que investiga la Justicia. 

El auxiliar Rogelio Rodríguez del Busto, con instrucciones del fiscal Pedro Gallo, por primera vez, relató los detalles del caso. Narró que el 30 de abril, según las declaraciones de dos testigos, un niño que cumplía funciones de alcanzapelotas, le avisó a Pérez que una persona que estaba afuera del predio quería hablar con él. El referí se acercó al lugar y un desconocido le efectuó un disparo que no dio en el blanco. La víctima, inmediatamente, se dio vuelta y comenzó a correr. El atacante volvió a gatillar y, esta vez, el proyectil impactó en la espalda del hombre que quedó postrado en una cama desde ese día.

El representante del Ministerio Público Fiscal explicó que los hombres de la Brigada de Yerba Buena, al mando de los comisarios Daniel Cuellar y Jorge Dib, de las cámaras de seguridad de un country del lugar, obtuvieron las imágenes donde aparecían los autores del hecho y el dominio de la motocicleta que utilizaron para cometer el ataque.

Por la informalidad que hay en las transferencias de venta de rodados, los pesquisas tardaron más de un mes en dar con el propietario de la moto. Encontraron al titular en Santa Rosa de Leales, pero les dijo que la había vendido a otra persona que vivía en el sur de la capital. Ubicaron al comprador que aseguró que la había adquirido un vecino de Las Talitas. Hallaron al tercer tenedor, pero les informó que la motocicleta la tenía un pariente a quien se la había prestado por un tiempo. A partir de allí se abrió la investigación.

Habló todo

Los policías allanaron el domicilio de Juan José “Juancho” Cuevas en busca de la moto, pero no pudieron encontrarla. Al día siguiente, se presentó en la sede de la Brigada la pareja con el rodado. Después, asistido por su defensor Javier Lobo Aragón, se puso a disposición del fiscal Gallo y contó todo lo que había sucedido.

El sospechoso relató que el sábado 30 de abril recibió un llamado de Agustín “El Porteño” Taruja. Le pidió que lo visitara. Según su declaración, le solicitó que llevara a Ulises “Cabudo” Abregú hasta Yerba Buena porque tenía que “asustar” a alguien. “Lo llevé hasta Las Cañas, y Ulises se bajó del rodado y le disparó a ese hombre. Después lo vi con un arma en la mano. Se subió en la moto y fuimos hasta donde se encontraba Taruja. Allí les dije de todo porque me habían metido en semejante problema”, habría declarado y después brindó los domicilios de esas personas. Este sospechoso está siendo investigado, pero por el momento sigue el proceso en libertad.

El viernes, los investigadores detuvieron a “El Porteño”, pero no pudieron hacer lo mismo con “El Cabudo” que, supuestamente, después del hecho, habría abandonado la provincia. En la audiencia de ayer Rodríguez del Busto relató cómo se había producido el hecho y definió los roles que cumplieron cada uno de los acusados de tentativa de homicidio: Taruja fue el que planeó el ataque; Cuevas, el que trasladó a los sospechosos; y Abregú, el que disparó contra Pérez.

“El Porteño” reconoció que estuvo con Cuevas, pero aclaró que él solo le había pedido que lo lleve hasta esa zona de Yerba Buena para realizar un trámite en un corralón, ya que tiene un camión para distribuir arena y ripio. “No tuve nada que ver en el hecho, si bien no pude hacer el trámite, me dejaron ahí y, como se demoraron en regresar, volví en taxi hasta mi casa”, declaró el imputado.

Rodríguez del Busto derrumbó esa coartada al asegurar que los tres mencionados “fueron registrados por las cámaras de seguridad a los minutos de haber cometido el ataque”. Solicitó que a Taruja le dictaran la preventiva por cuatro meses, solicitud que fue respaldada por los querellantes Víctor Padilla y Juan Zelarayán, y rechazada por el defensor Sebastián Púmara. “Estamos ante un caso grave. El representante del MPF presentó una acusación sólida en la que hasta aquí queda claro que hubo un plan y que queda uno de los señalados cumplió con un papel”, explicó la jueza Fanny Suriani que aceptó el planteo del auxiliar fiscal, pero por tres meses.

Los motivos

Identificados los autores del ataque, ahora falta establecer quién fue la persona que pidió que hicieran “asustar” a Pérez. Cuevas, dio algunas pistas cuando declaró. Dijo que Taruja le explicó que una abogada de Burruyacu le había pedido que le hiciera ese favor porque no había denunciado el caso. “Ese hombre, al que no conozco, le había pedido prestado $ 100.000 porque sabía que tenía $ 500.000. Nos contó que cuando fue a buscar el dinero, la amenazó, se llevó toda la plata y después abusó de ella. Por eso quería que le dieran un mensaje al autor de ese hecho”, señaló. Sin embargo, no pudo identificar a la profesional.

Cuando la víctima pudo declarar por su estado de salud fue categórico. “Estaba siendo amenazado por mi ex pareja”, señaló. Los investigadores también indicaron que varios testigos corroboraron la información que había dado Pérez informando que los parientes de la mujer, al rechazar el dinero que le ofrecieron para restableciera la relación, comenzaron a hostigarlo.

Los policías secuestraron los celulares de todos los sospechosos que están siendo analizados por el Equipo Científico de Investigación Fiscal (Ecif) para analizarlos. Esa pericia podría develar quién fue el que pagó para atacar al árbitro.

Otros antecendentes

En La Invernada.- El 12 de marzo de 2021, Víctor Brito (58) fue encontrado sin vida en su casa de El Sacrificio, una pequeña localidad de La Cocha. Los peritos confirmaron que lo ejecutaron de un disparo en la cabeza, pero que antes había sido torturado. Cuando los investigadores analizaban la escena del crimen, los familiares de la víctima denunciaban la desaparición de su hijo, Gonzalo (18). A las horas, baqueanos daban cuenta de que en un campo del paraje Palo Blanco había un auto incendiado. Allí encontraron el cuerpo del menor de los Brito. Lo habían asesinado de un disparo y después le prendieron fuego en el interior de un VW Gol. Los investigadores no tienen dudas: sicarios cometieron el doble homicidio por cuestiones vinculadas al tráfico de drogas.

En Santa Lucía.- El 24 de febrero Luis “Chano” de la Vega (52) abandonó su casa de Santa Lucía para dirigirse a Catamarca a adquirir granos. Nunca llegó al destino. Fue asesinado de un disparo y los autores del hecho le prendieron fuego en la camioneta en que se trasladaba. Mientras los peritos analizaban la escena del crimen, en la comisaría de esa localidad se denunciaba la desaparición de Walter de la Vega (25), el hijo de la víctima. Fue encontrado en el mismo lugar donde hallaron los restos de su progenitor. Los investigadores están convencidos que el doble crimen fue cometido por personas contratadas. Pese a que hay similitudes con el caso de La Invernada, no existen indicios de que hayan sido cometidos por las mismas personas. Hay tres hipótesis sobre el posible móvil del doble homicidio: un ajuste de cuenta entre cuatreros, por una venganza vinculadas al tráfico de drogas o por cuestiones sentimentales.

En San Miguel de Tucumán.- Omar Monteros (30) fue asesinado cuando regresaba a casa después de haber participado de la misa para recordar el primer aniversario del fallecimiento de su padre (foto). A las horas de haberse iniciado la investigación, se pensó que se habría tratado de un homicidio en ocasión de robo, pero después empezaron a surgir indicios de el móvil había sido otro. El fiscal Ignacio López Bustos abrió una investigación formal en contra de tres sospechosos de haber participado en el homicidio registrado en Junín y Méjico. Uno de los señalados informó a las autoridades que él sabía que había una persona interesada en hacer “asustar” al joven profesional, pero no sabía quién era.

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