Viruela del mono: ¿todos podemos contagiarnos?

Dos infectólogos explican qué implicancia tiene la declaración de la OMS y quiénes deben vacunarse, entre otras dudas.

VIRUELA SISMICA. La OMS declaró la enfermedad como emergencia de salud pública de importancia internacional. ARCHIVO LA GACETA VIRUELA SISMICA. La OMS declaró la enfermedad como emergencia de salud pública de importancia internacional. ARCHIVO LA GACETA

Los dos años pandémicos nos han cambiado la vida. Y cuando las cosas parecían volver a su habitualidad, surgió la viruela del mono. Las preguntas más habituales son: ¿todos podemos contagiarnos? ¿Todos debemos vacunarnos? ¿Otra vez viviremos como en 2020? Afortunadamente, las respuestas por ahora se oyen tranquilizadoras, pues la mayoría de los adultos y niños con un sistema inmunitario sano no enfermarán gravemente.

"Este virus afecta principalmente a las personas inmunocomprometidas. Por eso, la Unión Europea aprobó la vacuna Imvanex, de la empresa danesa Bavarian Nordic. Y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado vacunar a quienes tienen factores de riesgo y al personal de la salud", especifica el infectólogo Mario Raya, subdirector del Centro de Salud, quien cita investigaciones internacionales.

Ayer, Holanda dio por iniciada la vacunación. El foco está puesto, en una primera instancia, en las personas pertenecientes a grupos de riesgo. En Estados Unidos, la Casa Blanca afirmó el domingo que el brote "será contenido" con las vacunas. Y Francia abrió hoy su primer nodo de vacunación exclusivo.

- ¿Empezaremos a ver contagios en niños, jóvenes y mayores?

- Todos los que estén expuestos al virus se pueden contagiar. Pero hay un grupo de alto riesgo, compuesto por los ciudadanos con patologías preexistentes.

Actualmente, en Argentina se han reportado 18 contagios de viruela símica, todos con antecedentes de viajes al exterior. En el mundo, se han confirmado más de 5.000 casos, la mayoría en Europa. Los países principalmente afectados son España, Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Francia y Países Bajos. En Latinoamérica el ránking lo encabeza Brasil, con cerca de 600 contagios.

El 95 % de los casos de viruela del mono se transmitió a través de actividad sexual, de acuerdo con un amplio estudio. Además, se indicaron nuevos síntomas, como lesiones genitales únicas. La investigación, publicada el jueves de la semana pasada por el New England Journal of Medicine, se conoció antes de que expertos de la OMS resolvieran clasificar el brote como emergencia de salud global, el sábado pasado.

La declaración de emergencia internacional constituye el máximo nivel que puede declarar la OMS y actualmente lo revisten la covid-19 y la polio. Con este instrumento, se pretende incrementar la coordinación entre los países, reforzar los mecanismos para la búsqueda activa de casos e implementar medidas que ayuden a poner freno a la circulación del virus.

"Significa que constituye un riesgo para la salud pública y que se requiere una respuesta coordinada", retoma el doctor Raya. Justamente, la principal razón que empujó a la OMS a debatir al respecto es que el virus se extendió y ello requiere la certeza de que las naciones dimensionan la situación.

Desde la mirada del doctor Gustavo Costilla Campero, jefe del Servicio de Infectología del Hospital Padilla, causa preocupación la posibilidad de que en algún momento comience la transmisión comunitaria. "Cuando no se pueda referir un contacto o cuando no se trate de un viajero, indudablemente la situación será preocupante", razona.

Por eso, cuenta que entre los médicos y efectores de salud se ha distribuido información a fin de que puedan detectarse los contagios, de haberlos. "Ninguna de las generaciones médicas de los últimos 30 años ha vivido situaciones de viruela. O sea, no hemos visto la enfermedad", razona.

La viruela del mono es una zoonosis producida por un virus. Acarrea síntomas y tiene una presentación similar a los de la viruela, enfermedad erradicada en 1980. No obstante, conlleva menor gravedad, transmisibilidad y mortalidad. Es endémica principalmente en África Central y Occidental. Hasta antes de este brote, se habían reportado casos importados esporádicos. Se cree que la transmisión es producida a través de la saliva, de las excreciones respiratorias, del contacto con el exudado de la lesión o material de la costra y durante las relaciones sexuales.

El cuadro se inicia con síntomas similares a los de una gripe (fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, escalofríos y agotamiento). Luego surge una inflamación en los ganglios. Posteriormente aparece una erupción en la cara, en las manos y en los pies.

Puede tardar hasta 12 días en manifestarse. Es decir que no se propaga en ausencia de síntomas. "Por ello si estamos atentos y los infectados hacen cuarentena, el brote se puede frenar", concluye Raya.

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