NUEVA YORK, Estados Unidos.- Calcular el final de la actual ola de inflación ha sido un ejercicio complicado para economistas y bancos centrales, que se han equivocado una y otra vez. Datos recientes, que muestran que la inflación se ha enfriado en las dos mayores economías del mundo, seguramente el debate sobre si lo peor quedó atrás, después de un año de tórrido crecimiento de precios.
Los precios al consumidor en Estados Unidos no subieron en julio, respecto del mes anterior, debido a un fuerte descenso del costo de la gasolina, la primera señal de alivio para los estadounidenses, ante una inflación creciente en los últimos dos años. La inflación en las fábricas de China bajó al mínimo en 17 meses y los precios al consumidor crecieron menos de lo esperado.
Los funcionarios de la Reserva Federal ven que la inflación se desacelera durante el segundo semestre del año, el Banco Central Europeo sitúa el máximo en el tercer trimestre y el Banco de Inglaterra lo ve en octubre.
Materias primas
Los responsables de la subida de los precios en el invierno boreal - energía y otras materias primas- pueden ser precursores de una menor inflación esta vez.
Los precios del petróleo, el trigo y el cobre bajaron en los últimos meses; el índice de Refinitiv, que abarca desde el crudo hasta el jugo de naranja, descendió casi un 20% desde su máximo de mayo. La caída refleja la debilidad de la demanda mundial en un contexto de recesión, desde China hasta Estados Unidos y Europa, donde los consumidores tienen dificultades para hacer frente a los altos precios.
La situación de la actividad económica ya repercute en algunas medidas de la inflación: la proporción de fabricantes que ven un alza de costos de los insumos se reduce y el crecimiento de precios por mayor se ralentiza en gran parte del mundo.
La factura de la energía
Es poco probable que los hogares europeos vean bajar sus facturas energéticas pronto y cada vez se habla más de racionamiento, en países como Alemania. Es que los precios del gas en Europa, que durante años ha dependido de Rusia para una gran parte de sus importaciones, siguen siendo cuatro veces más altos que hace un año, y están cerca de máximos históricos.
Incluso en Gran Bretaña, que tiene su propio gas pero muy poca capacidad de almacenamiento, los consumidores verán disparadas sus facturas de electricidad en octubre, cuando expire el actual límite de precios.
También hay malas noticias para los conductores alemanes, que verán expirar una subvención en el surtidor de combustible, a finales de agosto.
Expectativas
Las medidas de mercado de las expectativas de inflación en Estados Unidos y la zona euro están apenas por encima del objetivo del 2% de los bancos centrales, mientras que siguen siendo muy altas en Gran Bretaña.
El mensaje de los hogares, que son más lentos que los mercados en reaccionar a los cambios y tienden a sobreestimar la inflación, no es de pánico.
Los consumidores encuestados por los bancos centrales de Estados Unidos, la zona euro y Gran Bretaña ven la inflación por encima del 2% durante varios años, pero no mucho más allá del 3%, como máximo.
La mayoría de los economistas que participaron en una encuesta mundial afirmaron que la crisis tardará al menos un año en remitir de forma significativa. El 39% cree que demorará más.
Salarios en alza
Los salarios de los trabajadores están lejos de alcanzar el aumento de los precios en el último año, pero están recuperando algo de terreno. El costo laboral unitario -el valor de la mano de obra por cada unidad de producción- creció casi un 10% para las empresas no agrícolas de Estados Unidos en el segundo trimestre de este año.
Los salarios son uno de los motores más importantes de los precios en el largo plazo y, si suben demasiado rápido, pueden iniciar un círculo vicioso de alza de precios.
Fuera de Estados Unidos, el repunte es más modesto y la próxima recesión puede debilitar la mano de obra en las negociaciones salariales. (Reuters)