Todos los caminos conducen al 11 de junio

El fallo judicial marca una aceleración de la estrategia de la fórmula gubernamental rumbo a las elecciones del año que viene. La consigna es mantener la unidad, más allá de las diferencias internas.

¿Quién iba a pensar que, un año antes, Juan Manzur y Osvaldo Jaldo se decían de todo, previo a las PASO? ¿Quién hubiera imaginado que, un año después, el jefe de Gabinete de la Nación y el gobernador interino compartieran bromas y proyectos conjuntos para la supervivencia política? ¿Quién hubiese imaginado que ambos creen que pueden volver a compartir una fórmula en 2023? Todo está en estado embrionario, pero Manzur y Jaldo saben que en una Argentina en crisis, el pasado se olvida, en el presente se construye para que el mañana los encuentre consolidados. El justicialismo, a lo largo de su historia, se acostumbró a incluir sapos en su menú, y no pone reparos con tal de mantener el poder. Pasa a nivel nacional y también en territorio tucumano. “El peronismo en Tucumán, tiene, debe y va a estar unido”, exclamó el viernes, en el Salón Blanco, el jefe de Gabinete y presidente del distrito Tucumán del Partido Justicialista. El mensaje ha sido más que claro y se consolidó luego, durante el almuerzo servicio en la residencia que Manzur posee en Yerba Buena. “Manzur es el conductor natural del peronismo en Tucumán”, devolvió Jaldo, en otro gesto de concordia con su compañero de fórmula.

La estrategia hacia 2023 es la misma que la que se observó desde 2015, aunque, por cuestiones constitucionales, puede darse un enroque en la fórmula. De allí la idea de afianzar la declaración de certeza acerca de una postulación de Manzur para vicegobernador. “No hay tiempos para experimentos. La fórmula es esa y estamos convencidos de que el Frente de Todos se encolumnará tras sus principales referentes”, dicen en la Casa de Gobierno. En el binomio tucumano no escapa el escenario nacional que, cada día que pasa, se complica más. El jefe de Gabinete no tiene intenciones de pegar la vuelta en el corto plazo, pero tampoco descuidará el frente local. Ayer, por ejemplo, se acercó hasta Famaillá para almorzar con el intendente José Orellana y con la senadora Sandra Mendoza. Entre empanada y empanada hablaron acerca de la proyección política del oficialismo, tal como en la anterior visita lo había hecho, por ejemplo, con el jefe municipal de Lules, Carlos Gallía. Manzur fideliza a los propios. Proyecta reunirse con todos aquellos que lo acompañaron antes, durante y después de la campaña pasada. El viernes, en su domicilio, recibió a la mayoría de los intendentes. Sólo estuvieron ausentes Sandra Figueroa (se excusó por estar al frente de los preparativos de los actos de mañana por el natalicio de Juan Bautista Alberdi), Alejandra Cejas (acompañó a Manzur al acto en la Casa de Gobierno, pero tuvo que retornar a Graneros) y Javier Noguera. El jefe municipal de Tafí Viejo envió un mensaje al ministro del Interior, Miguel Acevedo, excusándose por un viaje a San Luis para participar de la cumbre de mesa directiva de la Federación Argentina de Municipios, con previa escala en Buenos Aires. La ausencia de Noguera fue llamativa para los jaldistas. El taficeño ha dicho públicamente que está considerando su candidatura a gobernador para 2023, lo que implicaría una interna contra el vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo. Varios funcionarios creen que el mensaje de Manzur estuvo dirigido hacia esas intenciones, de lanzarse en soledad. El gobernador en uso de licencia nada ha dicho aún. Tan sólo se apoyó en Jaldo.

El tranqueño, a su vez, sigue tejiendo políticamente para afianzar su postulación. El sábado a la madrugada lo encontró reunido con la dirigencia kirchnerista, en un encuentro que buscó contener a un sector que viene golpeado por el difícil trance judicial que está pasando la conductora de ese frente interno, Cristina Fernández de Kirchner.

La decisión de la Sala I de la Cámara en lo Contencioso Administrativo de allanar al oficialismo el camino para convocar a elecciones provinciales para junio del año que viene aceleró los planes del Frente de Todos, más allá de que públicamente se dirá que están abocados plenamente a la gestión y que no es tiempo para pensar en la campaña electoral. “Hay que esperar que el fallo quede firme. Me enteré (de la decisión judicial) por LA GACETA. Una vez que quede firme, entonces estaré en condiciones de tomar una decisión acerca de la convocatoria a elecciones provinciales”, señaló ayer el gobernador interino cuando nuestro diario le consultó acerca de la resolución judicial. “Sí debo decir, una vez más, que no se trata de un adelantamiento de los comicios, porque en 2019 ya fueron convocados en la misma fecha”, acotó. En el mismo sentido se expresó el vicepresidente primero de la Legislatura, Regino Amado. “Hay antecedentes de elecciones anteriores; hay jurisprudencia que sostiene la posibilidad de convocar a elecciones en junio”, indicó.

En el oficialismo, la duda está planteada por el día de junio en el que se convocará a los tucumanos a las urnas. Se manejan dos fechas: 4 y 11 de junio. En ese análisis interno, los principales referentes del Frente de Todos observan que el 4 de junio es un día de conmemoración partidario: en 1946, el general Juan Domingo Perón asumió su primera presidencia. El segundo reparo del oficialismo para que la elección se haga ese día es que, en 1975, el entonces ministro de Economía Celestino Rodrigo, anunció un plan de ajuste con una fuerte devaluación del peso que desatará una de las peores crisis del país. El “Rodrigazo” es un escenario que se planteó por estos días a partir de los desequilibrios macroeconómicos y políticos que arrastra la gestión del presidente Alberto Fernández. En consecuencia, todos los caminos conducen al 11 de junio.

Mientras tanto, el Frente de Todos ensaya escenarios a partir de las encuestas que cuentan sus principales referentes. Jaldo es fuerte en la sección Este, mientras que Manzur cuenta con la dirigencia del Oeste. En ambas zonas, el binomio ha solicitado que eviten las peleas públicas y que prioricen el diálogo con el fin de pulir las listas que se presentarán para el año que viene. La Capital es un terreno hostil, advierten algunos dirigentes territoriales. Germán Alfaro querrá retener la intendencia, pero el radicalismo observa que puede colocar a uno de sus correligionarios en la Municipalidad. El Frente de Todos cuenta con una multiplicidad de postulantes, pero Manzur y Jaldo no pierden de vista que la diputada Rossana Chahla mide bien en los sondeos. No habrá bendiciones en el corto plazo, pero sí se sucederán las conversaciones para tomar definiciones futuras. Hay dirigentes que no ven, por ejemplo, a Manzur volviendo a la conducción del Parlamento local. Hay quienes sostienen que puede haber un pedido para que Pablo Yedlin ceda su banca en el Senado y se presente como cabeza de lista en un acople, con probabilidades de convertirse en presidente subrogante de la Cámara. Es sólo una de las ideas, pero nada está cerrado. El gobernador quiere extender lo más que se pueda su licencia, porque está convencido de que debe seguir en la Casa Rosada. Habrá una ensalada de acoples porque todos los espacios internos pugnan por lugares que le aseguren cuatro años en la vidriera política.

Todos aquellos que hoy ocupan un cargo saben que esos puestos son escasos frente a una alta demanda de postulaciones. De todas maneras, como dice un intendente oficialista del interior, en el peronismo “estamos condenados a la unidad”. Ese es el camino que persiguen para retener el poder en 2023.

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