Plantarán 2.800 árboles para crear un nuevo bosque

Según dicen los expertos, es la primera vez que en Tucumán se hace una reforestación de estas dimensiones. La idea es recuperar un predio de 3,5 hectáreas que era bosque.

Según cuentan, la zona estaba repleta de árboles nativos que constituían allí un gran bosque. En los primeros años del Ingenio San José se empezó a utilizar ese espacio para pastoreo, y ahí vino el declive: de a poco, el lugar se fue deteriorando hasta que el ganado arrasó con el último árbol. No quedó nada, y la zona nunca se recuperó. El predio del que hablamos está ubicado en San Javier, en las cercanías del Bosque de la Memoria; y si ves la imagen satelital, te das cuenta. No hay un árbol. Pero eso está por ser un recuerdo: un ambicioso proyecto sembrará 2800 plantines para devolverle a la naturaleza un poco de lo que los humanos le hemos quitado.

No hay antecedentes de una propuesta de estas características en la provincia -dicen los involucrados-, entonces el desafío es muy grande. La actividad se encuadra en la última acción de la edición 2022 del programa Conscientes, un proyecto ecológico impulsado por la empresa Maderplak. “Esto es mucho más que ir y plantar árboles en San Javier”, advierte Marcos Mollerach, biólogo y subsecretario de Bienestar Universitario de la UNT.

Son muchos los actores implicados en esta acción; esta semana se reunieron para ultimar detalles y LA GACETA participó del encuentro. Sobre la mesa hablan del impacto positivo en el ambiente y discuten con gran precisión qué especies necesitan, cuántos ejemplares, cómo van a plantarlos y si es mejor poner tarcos, tipas o lapachos... Toda la conversación está orquestada; el grupo funciona casi de manera simbiótica. Juan Blasco, secretario de Desarrollo Productivo, confirma que serán 2000 árboles los que van a poner para la siembra, y Patricia Condori -de la Fundación Vicente Lucci- agrega que ya tienen listos en su vivero los 500 ejemplares que donarán. Damián Rivadeneira, gerente de Maderplak, advierte que habrán 300 más de la Fundación Forestar. Sin querer, todo se va armando...

Y hay mucho de qué conversar. Hay diversos elementos que entran en juego para el éxito de la propuesta: el terreno, la investigación previa, el porcentaje de fallas, la participación ciudadana... Son varias las cuestiones a las que hay que atender para la buena consecución de la propuesta. Y todo es nuevo. “Es la primera vez que se hace una reforestación de estas dimensiones en Tucumán”, confirma Rodolfo Salinas Collado, director Operativo y Administrativo del Parque San Javier.

Cómo se hará

La hazaña puede parecer simple: llevar los almácigos y ponerlos en la tierra. Pero la cuestión es mucho más profunda. El predio elegido -de tres hectáreas y media- ya tiene un cerramiento, dentro del cuál se hará la plantación a fin de mes. “No se eligió al azar, sino por las características de vulnerabilidad que tiene el sector. Es una cabecera de cuenca, allí hay napas y hay un proceso erosivo bastante marcado, que a largo plazo se va a acentuar. Con esta acción, se va a frenar; vamos a conservar la cuenca y vamos a devolverle la identidad biológica a ese espacio”, explica el guardaparque Silvio Díaz.

Son muchos los cerebros que hay detrás del proyecto. Todo el planeamiento de la siembra está siendo hecho por investigadores del Instituto de Ecología Regional (IER). “Ellos ya tienen experticia en esto; y a raíz de eso les pedimos que diseñen el plan de plantación. Hoy por hoy no sabemos cuál es la reacción que tendría en la zona si hacemos una reforestación así. No hay un modelo”, asegura Mollerach.

Beneficios

Con esta acción -explica Gustavo Vitulli, secretario de Bienestar Universitario de la UNT- habrá un mayor flujo de especies dentro del área protegida. “Va a producir una recuperación integral -indica-; plantar en la cuenca ayuda a la flora y a la fauna. Esa zona no se recuperó naturalmente por la presencia de animales; con la plantación vamos a acelerar la transformación”.

Este proceso lógico que sigue la naturaleza -indica el ingeniero- consiste en que primero crezcan en el suelo pequeñas plantas (césped, por ejemplo) y luego surjan elementos de mayor porte. “Con la plantación vamos directo al estrato más alto, que es el arbóreo; estamos invirtiendo el proceso”, comenta.

Y la pregunta que surge es la obvia: ¿cuándo vamos a ver todo ese espacio lleno de árboles otra vez?. Con una sonrisa, los expertos aseguran que lo importante es el cambio que se está llevando a cabo. Todos queremos ver el nuevo bosque, pero el cambio en el lugar no empieza con la plantación, sino antes: con el cerramiento de la zona animales ya dejaron de circular y el proceso de regeneración ha comenzado. Pero igual responden: no habrá que esperar 20 años para ver diferencias -indican-. Dentro de un año y medio, los árboles ya empezarán a crecer y a repoblar el predio.

Una prueba piloto

En 2021 Conscientes restauró una zona destrozada por incendios forestales. Se plantaron 120 árboles, y este año quisieron hacer algo más ambicioso. “Esto es una prueba piloto, para hacer en el futuro cosas aún más grandes”, advierte Rivadeneira, que además es impulsor del proyecto.

La acción -coinciden todos los presentes- va más allá de la plantación. “Esto es mucho más profundo -resalta Mollerach-. Es muy positivo que se dé esta unión entre lo público y lo privado”. Con estas acciones, empresas, estado y sociedad trabajan de la mano.

Pero eso no es todo: lo más importante es que todo el que quiera podrá participar y poner su granito de arena en la reforestación. La plantación será el domingo 27 de noviembre (de 9.30 a 16) y las inscripciones para formar parte se abrirán en los próximos días en la web de conscientes.ar. Quien desee, podrá plantar un árbol, bautizarlo y dejar una herencia verde para las generaciones futuras.

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