Para hablar del hambre en toda su dimensión resulta necesario haberla padecido. Referirse a esta sensación sin que de verdad se la haya sufrido suena abstracto. No se trata de las ganas de comer algo que sobrevienen tras una siesta, o de haberse saltado una par de comidas durante una larga jornada, y de desquitarse con la cena. Se trata del hambre de pasar días sin comer, o de solo tener para llevar a la boca una ración insuficiente de comida de baja calidad. Hambre.
Se dice que padecerla o ver cómo la sufre un ser querido -un hijo, por ejemplo- puede llevar a la persona a hacer cualquier cosa. De hecho, existe jurisprudencia respecto del “hurto famélico”; aquel que se comete ante una situación extrema y desesperante.
El martes, un grupo de personas identificadas con el Movimiento Independiente de Justicia y Dignidad (MIJD), que en el ámbito nacional lidera el dirigente Raúl Castells, ingresó a un supermercado del microcentro de San Miguel de Tucumán con palas y con machetes, y exigió comida. A los pocos minutos llegó la Policía y, tras algunos empujones, dispersó a los manifestantes.
Un día después, unos 300 militantes del Movimiento Popular la Dignidad se presentaron en un súper de avenida Brígido Terán al 700. Solicitaron bolsones navideños a precio accesible. Según la referente Mercedes Leguizamón, representantes de la firma recibieron el petitorio y les pidieron que vuelvan la semana que viene, sin movilización, para que los atienda un gerente. “Hay mucha pobreza; gente sin luz que no puede comprar medicamentos, leche para los niños, aceite, azúcar Si no nos acercamos a hablar con los empresarios o con el Gobierno las cosas no cambiarán”, dijo Leguizamón.
El ministro de Seguridad de la provincia, Eugenio Agüero Gamboa, formuló declaraciones referidas a estas situaciones. “No se permitirá que (grupos de personas) ingresen por la fuerza (a comercios), ni que se viole ningún tipo de ley. Vamos a ser tajantes e inflexibles. Vamos a garantizar los derechos de los comerciantes y de todos los trabajadores”, puntualizó.
Dentro de un par de semanas arranca diciembre, un mes que muchos asocian con saqueos, aun cuando los últimos casos se dieron hace casi una década -y que se debieron a la sedición policial que “liberó” la provincia-. Debido a ello, todos los años se refuerza la seguridad en ciudades de la provincia. Agüero Gamboa adelantó que este año no será la excepción. “Como siempre, se realizarán operativos especiales ‘Felices Fiestas’ y ‘Verano Feliz’; y si amerita hacerlo iniciarán antes”, anunció.
Funcionarios del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia fueron consultados sobre el tema, pero no respondieron. Del mismo modo fue consultado el referente provincial de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), Antonio Suárez, quien tampoco contestó.
Opiniones
Gabriela Gramajo (referente del Polo Obrero en Tucumán): No puedo condenar el hambre. El crecimiento de la pobreza es estructural en nuestro país; y es consecuencia del fracaso de todos los que nos gobiernan desde hace décadas. No tengo la menor duda de que la gente que estaba ahí tiene necesidaddes. Ahora, parece una actitud desesperada de una organización que no sabe qué hacer. La Unidad Piquetera es un espacio donde confluyen unas 20 organizaciones, entre las que está el Polo Obrero. No así la organización de Castells. Consideramos que no corresponde ir a los supermercados, sino a reclamarle al poder político por la situación. Corresponde reclamarle al presidente, Alberto Fernández; a Juan Manzur, a Osvado Jaldo. El Polo Obrero considera que meterse a los súper no es la metodología adecuada. El MIJD debería venir a la Unidad Piquetera. El Polo Obrero no tiene pensado ir a ningún supermercado. Porque el avance del hambre y de la miseria es producto de las políticas de ajuste que aplica el peronismo y que apoya la oposición. Sabemos que los socios de las grandes cadenas alimenticias y de supermercados son los que gobiernan; ellos nos condenan a la miseria. Nosotros nos seguiremos organizando de manera independiente para que se vayan todos los políticos capitalistas.
Santiago Camuña (vocero del Frente de Organizaciones en Lucha): Desde hace meses las organizaciones sociales estamos en las calles para pedir que el Estado (nacional y provincial) aumente las partidas alimentarias para comedores y merenderos, y cumplan con ellas. Muchas veces estas no llegan, y cuando llegan la mercadería es escasa, poca variedad y en mal estado. Nuestra organización sostiene más de 15 espacios de contención, en cada uno de los cuales se dan por semana unas 500 raciones. Obviamente no alcanza. ¿Cómo sostenemos esto ante el abandono estatal? Con autoorganización, trabajo solidario y generación de recursos propios. Aun así muchas veces se suspenden meriendas. Cada vez queda más en evidencia a qué sectores el Gobierno da respuestas, con millones de pesos: empresarios, exportadores y sector financiero, entre otros. Los priorizan por sobre la gente que peor la pasa. A la falta de control de la inflación, por parte del Gobierno, se suma que supermercadistas y formadores de precios especulan con aumentos indiscriminados. Deben tener responsabilidad social y aportar a comedores y a merenderos ante esta situación de emergencia. Pero de ninguna manera ejercemos extorsión o presión como se quiere plantear a veces para deslegitimar reclamos. Seguimos diciendo que nos quieren sacar de la calle, pero no de la pobreza.
Estefanía Tanos (referente del Movimiento Teresa Rodríguez 12 de Abril): Las protestas de Unidad Piquetera se focalizan en los Gobiernos nacional y provincial, ya que son los que atacan a los sectores más vulnerables. No detienen el golpe económico, la desocupación; no atienden las necesidades diarias de ocupados y desocupados. Los ingresos no alcanzan para sostener a nuestras familias. No todos pueden tener un plato de comida diario. Ahí es donde entran las organizaciones, con un plan de lucha en las calles, marchando contra el Gobierno. Ni la Unidad Piquetera, ni el MTR 12 de Abirl salen a saquear supermercados u otros comercios. Nuestra lucha es contra el Gobierno, no contra los comerciantes. Nuestra lucha es por trabajo genuino, por un cambio social, por la dignidad de los salarios. Quieren golpear a las organizaciones sociales, sacarnos de las calles, silenciarnos. Usan la violencia para meter miedo; nos quieren acorralar. ¿Cómo pensar que haremos daño a trabajadores? Nosotros no buscamos pérdidas. Pedimos una reunión con el gobernador, pero jamás nos atiende. Si es necesario iremos a un acampe, pero necesitamos respuestas. Los funcionarios deben atender las necesidades del pueblo. No somos ignorantes; defenderemos nuestros derechos.