Crimen del padre Juárez: ¿Cuál fue el móvil del ensañamiento?

EL IMPUTADO. Jorge Leonardo Herrera fue condenado a prisión perpetua por el crimen del padre Oscar Juárez. EL IMPUTADO. Jorge Leonardo Herrera fue condenado a prisión perpetua por el crimen del padre Oscar Juárez. LA GACETA / FOTOS DE INÉS QUINTEROS ORIO
31 Diciembre 2022

El 11 de noviembre el juicio por el crimen del padre Oscar Juárez concluyó y el tribunal integrado por los jueces Fabián Fradejas, Luis Morales Lezica y Gustavo Romagnoli condenó por unanimidad a Jorge Leonardo Herrera a prisión perpetua por el delito de homicidio agravado por alevosía, (con disidencia parcial de Fradejas) por ensañamiento y criminis causae.

Este fue, posiblemente, el debate oral más esperado por gran parte de la sociedad tucumana. Justamente en Tucumán, una provincia que históricamente se mostró siempre muy arraigada a la ideología religiosa (sobre todo católica), el crimen de un sacerdote no iba a pasar desapercibido. El hecho -se estima- ocurrió alrededor de las 0.30 del 15 de julio de 2020. A las 10 de la mañana, decenas de feligreses rodeaban, desconcertados, la iglesia de San Martín de Porres. Nadie podía creer el final que había tenido el párroco. Mucho menos cuando se confirmó que lo habían asesinado de 14 puñaladas.

La primera hipótesis suponía que el padre podía haber sido atacado por alguno de los jóvenes en situación de calle que solía ayudar. Esa teoría se descartó rápidamente, cuando el informe de las cámaras de seguridad fue “la punta del ovillo”, la primera evidencia en contra de Herrera. La noche del 14 de julio, Juárez había ido a casa de Norma Velárdez, madre del condenado y secretaria de la parroquia. Los videos mostraron que al poco tiempo, Herrera se fue del lugar en su auto Peugeot. El mismo auto habría pasado luego frente al templo y habría estacionado en las inmediaciones. Segundos más tarde, las imágenes mostraron a un joven que caminaba en dirección a la iglesia. Días después, al allanar la casa de la madre de Herrera y el auto del imputado, la Policía secuestró unas prendas de vestir del joven. En la planta de una zapatilla se encontraron manchas pardo rojizas que, al peritarse, resultaron ser restos genéticos del sacerdote.

¿Qué es el ensañamiento? La Real Academia Española define ese término como: “circunstancia agravante de la responsabilidad criminal, que consiste en aumentar inhumanamente y de forma deliberada el sufrimiento de la víctima, causándole padecimientos innecesarios para la comisión del delito”.  Para el tribunal quedó probado que el móvil del crimen fue el dinero. En los juicios, la Justicia pretende iluminar los casos, pero hay detalles (menores) que a veces pueden quedar sin ser dilucidados. En este caso, se presume que habría sido una especie de tortura para que el sacerdote confesara dónde guardaba sus ahorros, pero en realidad es un detalle que no se dilucidó. A esta altura solo basta con entender que nada, nunca, justificaba semejante castigo a ninguna persona.  

La incertidumbre sobre ese punto prevaleció, entre otras razones, porque en el juicio Herrera nunca habló sobre el hecho. No planteó coartadas. En sus últimas palabras solo negó los cargos. Quizás por eso la querella y la Fiscalía insistieron en que la madre del imputado se presentara a declarar en el juicio (la mujer no pudo hacerlo por problemas de salud que quedaron acreditados). Era un testimonio que -quizás- podría haber aportado respuestas. Algunos feligreses de San Martín de Porres habían dicho que meses atrás el sacerdote había discutido con Velárdez por un faltante del dinero de la iglesia. Acusaba a Herrera de haberlo robado y hasta había advertido que lo denunciaría.

En lugar de Herrera, el defensor Manuel Pedernera sí combatió el caso sosteniendo que varias de las pruebas le resultaban irregulares. También defendió a la testigo Velárdez, a quien consideró agraviada por los dichos de algunos miembros de la comunidad parroquial.

No es fácil entender por qué un criminal comete ensañamiento. Semanas atrás, condenaron a perpetua a tres hombres por el crimen de Priscila Paz. La víctima fue asesinada a golpes y la autopsia probó el ensañamiento, pero una vez más no se pudo explicar por qué los asesinos le causaron tanto sufrimiento. Se explicó que el móvil del crimen fue ocultar que durante varios días Priscila había sido privada de su libertad por una banda delictiva.

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