Por la inflación, un trabajador argentino puede comprar 41 kilos menos de asado que en 2019

El valor promedio de la carne alcanza los $ 2.000, luego de los aumentos registrados durante febrero.

CAE EL CONSUMO. Por el aumento de precios y el deterioro del poder adquisitivo, los argentinos comen menos carne. CAE EL CONSUMO. Por el aumento de precios y el deterioro del poder adquisitivo, los argentinos comen menos carne. ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE INÉS QUINTEROS ORIO
07 Marzo 2023

Mientras se esperan los datos de inflación del Indec, algunas consultoras privadas ya estiman que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) rondará el 6,6%, por encima de las estimaciones oficiales. Todo esto termina impactando en el poder adquisitivo del sueldo de un trabajador promedio, que, entre otros productos y servicios, ahora puede comprar alrededor de 41 kilogramos menos de asado que hace tres años.

Con el valor promedio de $ 2.000 por un kilo de carne, los precios en las carnicerías se aceleraron durante febrero alrededor de un 26%, al tiempo que el consumo sigue en mínimos históricos, según los relevamientos privados citados por TN.com.ar.

Los datos fueron tomados de las estimaciones del Ministerio de Trabajo, que sostuvo que en diciembre el salario promedio de los trabajadores registrados, en relación de dependencia, alcanzó los $ 194.175,11 mensuales. En nuestra provincia, por ejemplo, los haberes de un empleado de comercio están por debajo de la media contemplada por el organismo gubernamental.

Si se toman las mediciones de la consultora Equilibra, ese salario era equivalente a 156,7 kilogramos de asado al cierre de 2022. Sin tener en cuenta el efecto de la inflación, significó una mejora respecto a los 112,7 kilogramos de ese mismo producto, que se podían comprar con el mismo ingreso en diciembre de 2020.

En cambio, en diciembre de 2019, ese mismo sueldo representaba 197,7 kilogramos de asado, alrededor de 41 kilogramos de capacidad de compra que perdió el trabajador formal sobre el corte más popular y representativo de las mesas argentinas, mientras que para millones se ha convertido en un lujo.

Esto deja de manifiesto cómo la inflación impactó en el poder adquisitivo de los ingresos, que llevan cinco años de caída consecutiva, eso sin contemplar a los sectores informales, en donde el golpe fue mayor, ante la ausencia de paritarias que mejoren los salarios.

Como consecuencia de estos desbarajustes de la economía argentina, el relevamiento mensual que realiza la Cámara de la Industria y Comercio de la Carne (CICCRA) arrojó que el consumo per cápita promedio se ubicó en enero en 49,6 kilogramos durante el último año, lo cual representó un 4% más que en enero de 2022, pero 12,3% menos que en el mismo período de 2019.

Para intentar frenar el aumento de los precios, en 2021, el Gobierno cerró las exportaciones para luego abrirlas parcialmente. Esta medida generó una sobreoferta, que derivó en que el precio promedio de la carne aumentara 42% mientras que el IPC trepó hasta el 94,8%, por lo que en términos reales se abarató.

Pero la tendencia comenzó a revertirse, por lo que se anunció un nuevo programa dentro de Precios Justos, que incluye devoluciones para quienes compran con tarjeta de débito, pero que tendrá una efectividad limitada y, en Tucumán, ya anunciaron que no se pondrá en práctica.

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