Alemania se despide de la energía nuclear

Desconectará sus tres últimos reactores

12 Abril 2023

BERLÍN, Alemania.- La crisis energética desatada en medio de la guerra entre Rusia y Ucrania no modificó la determinación de Alemania de abandonar la energía nuclear: el sábado, la mayor economía europea desconectará sus tres últimas centrales, apostando por una transición verde sin reactores atómicos.

A orillas del río Neckar, no lejos de Stuttgart , el vapor blanco que escapaba de la central nuclear de Baden-Württemberg pronto será un recuerdo. Lo mismo cabe decir, más al este, del complejo bávaro Isar 2 y del complejo de Emsland (norte), en el otro extremo del país, no lejos de la frontera holandesa.

Mientras muchos países occidentales dependen de la energía nuclear, la mayor economía de Europa ha decidido cambiar de rumbo, aunque el tema haya seguido siendo controvertido hasta el final. Así, Alemania está aplicando la decisión de abandonar progresivamente la energía nuclear tomada en 2002 y acelerada por Angela Merkel en 2011, tras la catástrofe de Fukushima.

Los eventos de Fukushima, la planta japonesa que entró en crisis luego de que fue devastada por un tsunami, demostraron que “incluso en un país de alta tecnología como Japón, los riesgos asociados a la energía nuclear no pueden controlarse al 100%”, justificó entonces la ex canciller.

El poderoso movimiento antinuclear alemán se nutrió, inicialmente, en el temor a un conflicto de Guerra Fría, y después por accidentes como el de Chernóbil. La invasión de Ucrania el 24 de febrero de 2022 podría haberlo puesto todo en entredicho: privada del gas ruso, cuyo flujo fue casi por completo interrumpido por Moscú, Alemania se vio expuesta a los peores escenarios posibles, desde el riesgo de que sus fábricas se paralizaran hasta el de quedarse sin calefacción en pleno invierno.

A pocos meses de la fecha límite inicial para el cierre de los tres últimos reactores, el 31 de diciembre, la marea de la opinión pública empezó a girar: “Con los altos precios de la energía y la candente cuestión del cambio climático, hubo llamamientos a prorrogar las centrales”, dice Jochen Winkler, alcalde de Neckarwestheim, donde la central del mismo nombre vive sus últimos días.

El gobierno de Olaf Scholz, en el que participa el Partido Verde, el más hostil a la energía nuclear, decidió prorrogar hasta el 15 de abril el funcionamiento de los reactores, para asegurar el suministro. “Podría haberse abierto un nuevo debate si el invierno hubiera sido más difícil, con cortes de electricidad o escasez de gas. Pero hemos pasado un invierno sin demasiados problemas”, gracias a la importación masiva de gas natural licuado, señala Winkler.

Para el alcalde de esta localidad de 4 000 habitantes, más de 150 de los cuales trabajan en la central, ya no es tiempo de volver atrás. Desde 2003 se han cerrado 16 reactores. Las tres últimas centrales suministraron el año pasado el 6% de la energía del país, frente al 30,8% de 1997. (Especial)

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