Por Bruno Farano
25 Abril 2023
HACIA ADELANTE. Banegas fue una de las salidas desde el fondo de San Martín, que fue al frente con actitud, solvencia y algunos pasajes de buen juego; el equipo mostró su mejor cara en el torneo. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ
“Hoy tenemos que ganar. Mañana seguiremos viendo el tema del nuevo DT”. La respuesta la repitieron todos los dirigentes consultados. La misión era clara y los jugadores la entendieron a la perfección. San Martín pareció un equipo totalmente diferente al que había comenzado el campeonato. Intensidad, solidaridad, confianza, atrevimiento, garra y algunos pasajes de buen fútbol. Esas fueron algunas virtudes que el equipo mostró durante un partido que era crucial de cara a lo que se viene.
Cuando las cosas no salen como se espera hay que apelar a otras armas. La actitud positiva no puede faltar y el “santo” anoche salió convencido y enfocado.
Es verdad que el penal que inventó Matías Pardo a los 10 minutos simplificó las cosas. Pero a esa altura los dirigidos por Alexis Ferrero ya habían mostrado las garras, dejando en claro que no les cabía otra que sumar los tres puntos para acomodarse en la tabla de posiciones de una zona en la que hasta acá nadie asumió el rol de candidato.
Emanuel Dening definió con furia y cambió la pena máxima por gol; 1-0, y a partir de ese momento, con el resultado a favor, San Martín asumió el rol protagónico.
Las razones
El tándem Gustavo Abregú-Leonel Bucca rindió los frutos esperados y contó con el buen desempeño de Pardo y Brian Andrada por los costados; voluntariosos en el ida y vuelta e incisivos cuando tuvieron que ir hacia adelante. Cuando el medio campo funciona, todo es más sencillo en el fútbol. El “santo” fue un equipo corto, compacto y explosivo cuando disponía de la posesión de la pelota.
Es cierto que durante un pasaje del primer tiempo le cedió demasiado la pelota a Alvarado, pero se paró bien del medio hacia atrás y tuvo la virtud de acelerar cuando recuperaba el balón.
La idea del cuerpo técnico interino está bien clara y da la impresión de que cada juego que pasa se va afianzando. El “santo” no anda con vueltas. Cuando tiene la oportunidad ataca de manera directa, pero el cambio con respecto a los primeros partidos del torneo es que muestra mucha movilidad y velocidad para tratar de herir a su oponente. Así lo hizo anoche y sólo le faltó un poco de contundencia para que la victoria fuera un poco más abultada.
También San Martín demostró que la pelota parada puede ser un recurso importante de ahora en adelante. Por esa vía había abierto el camino de la victoria por la Copa Argentina, el pasado miércoles contra Deportivo Morón y así comenzó a bajarle el telón a un nuevo triunfo en su casa.
La definición
En el inicio del complemento, Dening ganó un tiro libre por derecha y “comandó” la jugada de laboratorio. Mientras Andrada acomodaba la pelota, el delantero se acercó y pidió un centro a rasante. El “10” le hizo caso, y el zurdazo “envenenado” entre mil piernas se terminó colando en el segundo palo de Juan Lungarzo para marcar el 2-0.
En ningún momento el dueño de casa bajó la intensidad. Con el resultado a favor propuso un palo por palo que si bien le hizo pasar un par de sofocones en el fondo, lo puso a tiro de la goleada.
Como si todas las virtudes exhibidas fueran pocas, el banco también le ofreció buenos dividendos a Ferrero y a sus colaboradores. Las modificaciones no resintieron la estructura inicial y eso es otro punto a favor para potenciar el proceso, mientras se espera la llegada del nuevo capitán del barco.
Solidez en defensa, vértigo y buenas ideas del medio hacia adelante fueron las cartas de un San Martín que ya había dado un paso al frente en Santa Fe contra el “gallito” e hizo olvidar el paso en falso de la fecha anterior contra Flandria.
El triunfo le permitió acomodarse en la tabla (volvió a puestos de Reducido y quedó a seis puntos de la cima de la zona A); demasiadas buenas noticias para un equipo que necesitaba festejar y lo hizo mostrando argumentos sólidos.
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