27 Abril 2023
La fragilidad política, más la impericia del presidente Alberto Fernández, pone en riesgo el sistema democrático, la independencia económica y la soberanía nacional, secuela de las fantasías de un outsider, que buscando un protagonismo que le fue esquivo en la farándula, y como asesor de un genocida en Diputados, hoy trata emular al marino John James Onslow, actor principal en la usurpación de Malvinas en 1833. El outsider, para cumplir la misión encomendada, plantea una dolarización de la economía, que nos puede convertir en un país satélite de los grandes poderes financieros y políticos del mundo. La propuesta entraña un compromiso de entrega, que se diferencia con Malvinas por la metodología de la maniobra, antes con los barcos, hoy con el poder económico financiero, de quienes nos consideran un país geopolíticamente estratégico frente a la posibilidad de una contienda bélica mundial. Ahondar sobre el proyecto sería innecesario, pero sí es necesario citar los daños que esta aventura podría causarnos a los argentinos: destruiría el poder adquisitivo de salarios y jubilaciones, profundizando la crisis social; incurriríamos en un endeudamiento externo impagable, superior al que nos dejó Macri; desaparecería el BCRA, único garante del sistema bancario; perderíamos el sistema de cambio, hoy regulador de la competitividad internacional, etc. En el futuro reemplazaríamos la enseña nacional por la “bandera de las estrellas” y el himno nacional por las estrofas de “The Star-Spangled Banner”, borrando de un machetazo de la historia argentina a Manuel Belgrano, a López y Planes y a Blas Parera. Señor Alberto Fernández, antes de dejar el sillón de Rivadavia, utilice la cadena nacional y denuncie las intenciones del nuevo “Caballo de Troya” infiltrado en el país, porque ya tuvimos demasiado con un Martin Guzmán.
José Emilio Gómez
gjoseemilio823@gmail.com
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