Angelita Vélez actúa ante el público tucumano

En abril de 1940 engalanó el escenario del teatro Alberdi. Su canal de expresión fue la danza

DANZA FOLCLÓRICA. Angelita junto a Shulco fueron protagonistas de una época importante para nuestras raíces.  DANZA FOLCLÓRICA. Angelita junto a Shulco fueron protagonistas de una época importante para nuestras raíces.

“Se presentará en el teatro Alberdi por única vez, la bailarina tucumana Angelita Vélez que viene precedida de un gran cartel, logrado en una actuación brillante realizada dentro de un concepto personalizado de la danza. Dedicada principalmente al baile español, ha conseguido esta artista poner en ellas una personalidad singular que la ha destacado dando relieve a su arte coreográfico” de esta manera anunciaban nuestras páginas la presentación de abril de 1940 de nuestras reconocida comprovinciana y que también se destacara posteriormente en las danzas folklóricas argentinas.

Las primeras noticias de su capacidad como bailarina llegaron varios años antes cuando en 1932 un periodista uruguayo afincado en París, Demetrio Korsi la vio actuar en el Empire de la Ciudad Luz. El periodista y un grupo de representantes de la cultura hispanoamericana habían ido a un salón de espectáculos del barrio de Montmartre, donde fueron cautivados por la perfección técnica y los seductores movimientos de nuestra comprovinciana. El relato de Korsi para el diario La Mañana de Montevideo y reproducido por nuestro diario seguía: “encontré a esta bailarina de piel mate y ojos ardientes, la última artista hispanoamericana que ha entrado con el pie derecho en la fama cosmopolita de París”. Y agrega: “llegó a España, donde se perfeccionó en Sevilla teniendo por maestros a los mejores guitarristas gitanos y las más ‘saláas’ andaluzas. Y se despidió de la Macarena (la Virgen de Sevilla) con una rosa en la boca, rumbo a ese enigmático París que la atraía desde la infancia”. Y a continuación la propia Angelita señala: “aquí llevo más de cinco años. Tuve que comenzar, para complacer a los empresarios, bailando modestamente. Poco a poco me he ido abriendo paso, Y ahora ya voy subiendo la escala…”. Contaba que poco tiempo después iría a Londres y a Bruselas. Ya había transitado los escenarios de otras ciudades europeas y ha sido aplaudida por el rey egipcio Fuad primero.

Excepcionales cualidades

Pero volviendo a 1940 nuestro cronista expresaba sobre ella que “son innumerables los artistas desde Antonia Mercé hasta la m+ás modesta, han realizado interpretaciones más o menos valiosas de la danza española. Los maestros de todas las épocas, Granados, Albéniz, Usandizaga, Falla, Turinma y otros han forjado sus partituras estilizando y embelleciendo el baile popular español, motivando la acción y creación coreográficas de las bailarinas que han pasado por la península, nativas o no de ella. Entre estas últimas se encuentra Angelita, que nacida en Tucumán llegó a España, se entusiasmó con la danza típicas española y dotada de excepcionales cualidades se dedicó a ella con éxito merecido”. La artista en su charla con nuestro colega indicó que bailó en Francia, Alemania y otros países europeos además de hacer ante el rey de Egipto Fuad. Tras ello regresó a América y a su país. “Y ahora en su tierra natal, quiere que los tucumanos la vean. Y para ello ha organizado un único recital que contará con danzas españolas y del norte argentino. Los precios serán populares para que nadie se vea imposibilitado de admirar su arte”. De acuerdo al anuncio además de las danzas hispanas incluyó “dos motivos incaicos del compositor peruano González Gamarra”. La actuación fue acompañada por el pianista Rodríguez Mendoza. En el programa se incorporaron varias obras unas con actuación de nuestra bailarían y otros reproducidos al piano por el maestro visitante. Entre ellos estaban: “Vida breve (de Falla), Rumores de la galeta (Albéniz), Danza N°9 (Granados), Zambra (Turina), Rapsodia valenciana (Tadeo), Noche de Luna en el Cusco y paisaje Inti Taky (González Gamarra), Bolero (Ravel) o Escenas cariocas (Barroso).

Dominio de la escena

El comentario sobre la presentación expresaba: “delicadeza, sensación de emoción infinita, soltura, gracilidad dominio de la escena, todo ello se observa en la acción coreográfica de Angelita Vélez; la danza española se desenvuelve ante los oídos y los ojos del público, como si los hilos de la música estuviesen presos de las manos, de los pies, del cuerpo todo y hasta la mirada y el gesto de la intérprete”. Luego agregaba, en referencia al repertorio elegido que “poniendo en todas ellas una expresión nueva, una singular concepción coreográfica, sin variar la fundamental de la danza española, en que descansa su labor; pero hay que admirar indudablemente el realce de individualidad que da a dicha danza el criterio estético de la artista tucumana”. En cuanto a los temas carioca y peruano elegidos se señalaba que fueron realizados con “una interpretación personal de mucha visualidad y belleza”. En referencia al maestro Rodríguez Mendoza se expresaba que “no sólo acompañó al piano a la bailarina, sino interpretó algunas partituras demostrando grandes cualidades, por lo que fue aplaudido”. Aplausos que también coronaron la actuación de Vélez cómo “premio a su labor sin reserva, aclamándola y consagrándola como una intérprete coreográfica excepcional”.

Críticas favorables

El valor escénico de la tucumana venía precedido de críticas muy favorables de Buenos Aires donde había actuado previamente. El diario Noticias Gráficas señalaba que “dueña de un temperamento vigorosamente expresivo y de una técnica suficiente para realizar su labor, diestra en el manejo de las castañuelas, cuya cálida sonoridad matiza con justo sentido musical y hábil en la aplicación del zapateo y del taconeo nuestra compatriota une todavía a estas señaladas cualidades la elocuencia de una mímica plena de sugestiones, la atracción de su juvenil belleza y la sabia elección de una indumentaria rica y vistosa, cuyos colores combinados con buen gusto y originalidad son continuación de la atmósfera musical en que han sido creadas las danzas que interpreta”. Estas críticas permiten retomar los dichos del periodista uruguayo que ocho años ante había expresado que “sepan por esto las multitudes de habla española que en el cielo de la danza se ha levantado una nueva y resplandeciente estrella. Tal vez sea esta la primera vez que el nombre Angelita Vélez se oiga en nuestros países, pero no será la última. La curiosidad artística de París la acaba de consagrar”.

Vélez nació en nuestra provincia, hija de padres sevillanos, en la adolescencia siguiendo su vocación se fue a Buenos Aires para incorporarse a la escuela del Teatro Colón. “Allí se formó junto al maestro Vitulli, e integró un tiempo el cuerpo de baile del teatro. Al promediar la década del 20 decidió probar fortuna en Europa”, señalaba Carlos Páez de la Torre (h) en su nota “Gran bailarina tucumana”, de 2002. La danza clásica no fue su mejor canal de expresión, sino que eligió el camino que le dictaba su raíz ancestral: la danza española. De acuerdo al artículo de presentación de esta gran bailarina del 5 de abril de 1940 : “ha llegado a Tucumán para debutar aquí Angelita Vélez, que en anterior oportunidad llegara a esta capital, que es su ciudad natal, sin que pudiera ofrecer al público las bellezas de su arte coreográfico galano y depurado”.

Vélez se acercó al peronismo y fue parte importante del mundo cultural relacionado a ese movimiento. De ella dijo Juan Domingo Perón, en el teatro Colón, en diciembre de 1946: “representa en nuestra tierra el sentimiento que cada uno lleva grabado en el alma, porque es el sueño que nos une al pasado de nuestras gloriosas tradiciones. Esa compañía (la de Angelita Vélez) la queremos ver multiplicada a lo largo de toda nuestra tierra para que volvamos a sentir en argentino, pensar en argentino y obrar en argentino”.

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