La prevención es la principal herramienta contra la quema de caña. El cañero debe entender esto; y debe seguir practicándolo.
Con el inminente comienzo de la zafra 2023 se vuelven a exponer algunos problemas ambientales asociados al cultivo de caña de azúcar. Entre los problemas más importantes se encuentra la quema de cañaverales y de rastrojos de caña. “Si bien viene disminuyendo cada año, esta práctica todavía sigue siendo de los mayores problemas ambientales de la provincia”, sostuvo Juan Fernández de Ullivarri, de la Sección Agronomía de la Caña de Azúcar de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc).
En este sentido, los productores de caña de azúcar que son conscientes de que la quema de caña no los beneficia desde ningún punto de vista deben poner énfasis en la prevención de los incendios. Existen numerosos trabajos de prevención que pueden hacerse para evitar quemas indeseables en los campos de caña. Entre otros: rastreado de callejones, limpieza de alambrados, y cisternas preparadas para detener pequeños focos de fuego.
La inversión que se requiere para realizar estas labores de prevención resulta un gasto menor en comparación con los beneficios que trae aparejado evitar la quema o, en el peor de los casos, la quema y una posterior multa por parte de la Dirección de Fiscalización Ambiental (ente del Gobierno provincial encargado de las multas en casos de quema de cañaverales).
Por lo tanto, la inversión en tareas de prevención siempre resulta un buen negocio para el productor de caña de azúcar. Y esto es especialmente cierto en años secos, como el que se encuentra en curso.
La certificación LocalG.A.P. es una herramienta de adhesión voluntaria, que permite al productor cañero de Tucumán demostrar que no usa el fuego en ninguna etapa del cultivo de caña de azúcar y que hace todo lo posible para evitar quemas accidentales en sus campos. Se encuentra avalado por el Gobierno de la provincia y por la empresa GlobalG.A.P., líder mundial en certificaciones de Buenas Prácticas Agrícolas.
Para certificar estas normas, hay que cumplir un protocolo relativamente sencillo, que pone especial énfasis sobre tareas de prevención y capacitación de registro de tareas. Durante el año pasado se certificaron en Tucumán más de 46.000 hectáreas de caña de azúcar con esta norma, siendo el programa de certificación con mayor superficie en la provincia.
El protocolo se encuentra para su descarga en la página de la Mesa de Gestión Ambiental de Tucumán (www.mgatucuman.org) , de la cual la Eeaoc forma parte. Se pueden realizar consultas mediante esta página o en la sede de la entidad agrocientífica.