“La territorialidad de la democracia es una situación de capital importancia por cuanto es el espacio donde se vincula directamente el elector con su representante, generando de esta manera una clara comunicación de ida y vuelta, de control y de satisfacción”, señaló a LA GACETA Ricardo Cohen, Observador Electoral de la OEA y Centro Cárter, al referirse a su propuesta de “Modernización Territorial/Electoral” de Tucumán, destinada a mejorar la calidad de la representación política. “El vínculo del ciudadano con su representante en una sociedad democrática tiene toda una serie de connotaciones que diariamente deben ser ejercidas, recreadas, compartidas y criticadas, y es con esta subregionalización de las secciones electorales es que se perfecciona el vínculo entre el electo y el elector”, acotó. A su criterio no es necesaria la reforma de la Constitución provincial para avanzar en esta propuesta, ya que solo bastaría con sancionar una nueva ley.
Cohen, que expuso su idea como una novedosa normativa, menciona que desde los orígenes organizacionales y fundacionales de los países latinoamericanos, la representatividad fue necesaria y útil. “Así se lograron equilibrios que permitieron perfilar sociedades más ecuánimes -prosiguió-, aspirando a una relación control/satisfacción íntimamente vinculada a lo territorial”.
Además, en los fundamentos de su texto, destaca que la participación es una estrategia democrática que tiende a destacar y a potenciar la conciencia ciudadana, un factor esencial para definir el perfil de sociedad que se quiere, y que “brinda la posibilidad de fortalecer el vínculo política/Pueblo, haciéndole comprender, al ciudadano, que la administración estatal es cosa propia”. “Ya que tiene la posibilidad de comprometerse en la acción más allá del reclamo, en este sentido se deben poner a su disposición mecanismos operativos reales que no dependan de voluntades transitorias, sino de una organización profunda y efectiva vinculada estrechamente a su territorio y a su población, tal como lo consigna la Constitución provincial en su artículo 43 inciso 1: la representación política tiene por base la población y, con arreglo a ella, se ejercerá el derecho electoral”, reforzó.
Según lo entiende, reformular territorialmente la representatividad generará una mejora cualitativa de la representación, permitiendo que sea un verdadero motor de cambio para el diseño de una mejor calidad de vida de los habitantes de la provincia, “viabilizando la representatividad participativa a partir de la cercanía de sus actores, en un territorio común”.
En su iniciativa de reformulación del territorio establece la sub-regionalización electoral provincial tomando como base las secciones electorales.
Esa así como subdivide la sección electoral I (Capital) en dos áreas, norte y sur, tomando como eje las avenidas Mate de Luna, 24 de Septiembre y Benjamín Aráoz. De esta manera el norte (circuitos: A 16, 16, 15, A 15, B 15, 17, A 14, 14, A 13, 13, A 12, 12, 7 A, 6, 5 ,2, 1 y 11) tendría ocho legisladores y el sur (circuitos A 17, 18, A 18, 18, B 18, 19, 8, 8 A, 9, 9 A, 20, 21, 22, 10, A 10, 4, 3, 2A, 1 A) 11 legisladores. En total: 19.
La sección electoral II (Este) se dividiría en circunscripciones norte, centro y sur. El norte (departamentos Trancas y Burruyacu y municipio de Banda del Río Salí) tendría cuatro legisladores; el centro (departamento Cruz Alta sin Banda del Rio Salí) tendría cuatro legisladores; y el sur (departamentos Leales, Simoca y Graneros) tendría cuatro legisladores. En total: 12.
La sección electoral III (Oeste) también se dividiría en norte, centro y sur. El norte (departamentos Tafí del Valle, Tafí Viejo y Yerba Buena) pondría seis legisladores, el centro (departamentos Lules, Famaillá y Monteros) tendría seis legisladores y el sur (departamentos Chicligasta, Río Chico, Alberdi y La Cocha) tendría seis legisladores. En total: 18.