La meta de reducción del déficit fiscal estaría frenando el acuerdo con el FMI

Una misión argentina viajaría esta semana a Washington para cerrar la negociación.

La meta de reducción del déficit fiscal estaría frenando el acuerdo con el FMI

Otra vez fuentes de la cartera de Economía anuncian el viaje de una misión del Ministerio de Economía a Washington, dado que confían en reformular las metas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en el marco de las tensas negociaciones que, de acuerdo con informaciones filtradas desde EEUU, son las que frenaron los anuncios prometidos por distintos funcionarios de Economía para la semana pasada.

La Argentina pretende flexibilizar las metas ya reacomodadas en el marco de un préstamo por U$S45.000 millones (contraído durante la gestión del gobierno de Mauricio Macri) y adelantar desembolsos previstos para el resto del año, en medio de una elevada inflación, devaluación del peso y pérdida de reservas del Banco Central (BCRA).

“Está bien la negociación, la semana que viene (por estos días) estará nuestro equipo allá (en Washington) toda la semana. Estamos muy cerca (de un acuerdo)”, afirmó la fuente que reclamó el anonimato, mientras se coordinan las tratativas desde Buenos Aires.

Las negociaciones entre el equipo económico y los técnicos del FMI vienen de atravesar por un momento de particular tensión, según coinciden en señalar tanto en el Palacio de Hacienda como noticias provenientes de Washington.

La línea del Fondo sigue insistiendo con la necesidad de llevar adelante medidas de austeridad, en tanto que el ministro de Economía, Sergio Massa, no está dispuesto a poner en juego la actividad económica (más en un año electoral), según señalan en su entorno.

Uno de los aspectos centrales de los pedidos argentinos es que el país obtenga fondos adicionales. En principio, se estima que el FMI podría llegar a enviar -una vez concluido el acuerdo- unos U$S2.000 millones, y agregaría los reembolsos estipulados.

Pero sin duda que el problema central gira en lo que respecta a la política fiscal, el tema más controvertido. Los representantes del Fondo no aceptan la petición del equipo económico de elevar en el orden del 2,5% del PBI la meta del déficit fiscal para 2023. Por el contrario, habían planteado la necesidad de una reducción al 1,6% del desequilibrio primario. Ahora, para tratar de llegar a una solución, los técnicos habrían propuesto una meta “intermedia”, cual es la de mantener el 1,9% estipulado en el acuerdo, a pesar de que la sequía -principal causante, según el argumento argentino, del desequilibrio económico y de las reservas- también tuvo un fuerte impacto en los ingresos fiscales.

Los negociadores argentinos buscan reformular el programa crediticio con el FMI después de que una sequía histórica azotara las cosechas de soja y maíz, principal fuente de ingresos por exportaciones, y que le costó más de U$S20.000 millones a las arcas nacionales.

Ahora los tiempos están jugando en contra del objetivo del Gobierno argentino. Se descontaba que a esta altura del mes ya el acuerdo iba a estar cerrado y las reservas robustecidas con el adelanto de los desembolsos.

Y la prueba de “la sequía de dólares” es que la Argentina acaba de postergar los pagos de vencimientos de deuda de julio hasta fin de mes, que incluyen U$S1.300 millones que vencieron el viernes pasado y que suman ya U$S2.600 millones en total. Sobre el fin de semana, un vocero del FMI confirmó que la entidad crediticia aceptó la unificación y postergación de los vencimientos de todo el mes de julio.

Cabe recordar que el mes pasado el pago de U$S2.700 se realizó con U$S1.600 millones en DEGs y el resto, con yuanes de “libre disponibilidad”, con el fin de evitar usar dólares de las reservas del Banco Central. El Gobierno destacó entonces la “novedosa” modalidad de pago y que participaron de la operación el FMI y el Banco Popular de China (BPC).

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