Una nueva tragedia en una zona de violencia

12 Julio 2023

A una semana del crimen del policía Ramón Sánchez, ocurrido en la avenida de Circunvalación, otro agente, Víctor Emanuel Lazarte, fue asesinado en la zona del barrio Tiro Federal, a seis cuadras de distancia del anterior. Los investigadores esperan el análisis de los registros de cámaras de vigilancia y los testimonios de vecinos para determinar la vinculación de las cinco personas detenidas con el ataque al joven agente, así como establecer si este homicidio está relacionado con el anterior, en vista de que uno de los sospechosos sería pariente del acusado de la muerte de Sánchez.

De acuerdo a las crónicas, los vecinos llaman “zona de la muerte” al área de unas 10 cuadras en la zona este de la Capital, entre el sector de Las Piedritas, junto a la Circunvalación, y este sector cercano a la calle Silvano Bores al 1.000, donde vivía la última víctima. En menos de cinco meses, tres personas fueron asesinadas en situación de robo de motos y una tercera perdió la visión de un ojo a causa de la agresión. Se ha señalado, además, como detalle de muy alto impacto, que tres de las cuatro víctimas fueron policías. A ello se agrega que en esta zona la gente vive con miedo y constantes precauciones, tal como se relata en nuestra crónica sobre el barrio Juan Pablo I: la gente no puede salir a tomar el ómnibus sin riesgo a ser asaltada, los comerciantes atienden tras las rejas y hasta han tenido que poner hierros que protejan los focos de afuera de las casas para no quedarse a oscuras. Dicen que los ataques vienen de barrios cercanos, “contaminados” por la droga y la delincuencia, y se menciona específicamente Las Piedritas y San Cayetano. También relatan que no hay policías en la zona y que los mismos residentes sacaron una casilla policial que antes había puesto gente de la seccional 4a porque ahora no hay policías. La tía de Lazarte, compungida, dijo, con respecto a los delincuentes: “ellos son los dueños de la calle. De todo”.

El último de los 54 crímenes contabilizados en lo que va del año vuelve a encender las alarmas con respecto al deterioro del entramado social y a los modos de brindar seguridad. De las declaraciones de los vecinos se puede advertir las características de la “zona de la muerte” y también se puede entender que los operativos masivos de ingreso a los barrios no parecen ser la medida adecuada para cambiar las cosas, sino que se requiere conocer lo que sucede. Que haya ausencia de agentes indica que hay un abandono del área que deja a los vecinos librados a la suerte. También parece advertirse que el delito se concentra en ciertos lugares y que también se concentra en agresores que tienen antecedentes y relaciones entre sí, si se comprueba la investigación que se está realizando entre ambos ataques. El ministro de Seguridad ha dicho que las cifras del delito están disminuyendo. Pero estos hechos conmocionantes deberían obligar a que se haga un estudio exhaustivo de los problemas, a fin de establecer una estrategia para pacificar estos barrios en los que la violencia parece haberse enquistado.

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