El Cadillal: hallan filtraciones más grandes

Así lo aseguró Oscar Vardé, consultor de la provincia en las obras de reparación. Los trabajos se extenderán por encima del plazo original.

INFORME. Las filtraciones, que datan de hace más de 20 años, se fueron acrecentando con el correr de los años. INFORME. Las filtraciones, que datan de hace más de 20 años, se fueron acrecentando con el correr de los años.
15 Julio 2023

Se cumplieron ya cuatro meses del comienzo de los trabajos de reparación de la presa lateral N°3 del dique El Cadillal. Pese a que el plazo inicial de trabajos era de cuatro meses y medio, las obras se extenderán. Oscar Vardé, consultor contratado por la Provincia para supervisar las reparaciones, adelantó que las filtraciones encontradas son más grandes de las que se preveía originalmente, lo que llevó a una replanificación de las tareas.

Las filtraciones, que datan de hace más de 20 años, se fueron acrecentando con el correr de los años, y según los informes oficiales del Organismo Regulador de Seguridad de Presas (Orsep), el ente nacional que se encarga del control de estas estructuras, a partir del año pasado alcanzaron una magnitud que requería intervención. Por eso en marzo, las empresas Sabavisa S.A y Mercovial S.A., conformando una Unión Transitoria de Empresas (UTE), comenzaron a trabajar en el lugar, tras ser elegidas por contratación directa.

Aunque en principio se estimaba que las reparaciones concluirían, aproximadamente, en agosto, los nuevos descubrimientos alteraron los planes. “Las tomas que hemos registrado son mucho más importantes que las previstas. En lugar de filtraciones, cosas pequeñas, es evidente que hay cavidades y zonas erosionadas significativas”, explicó a LA GACETA Vardé, ingeniero civil especialista en Mecánica de Suelos y Rocas, Fundaciones y Presas.

¿Cómo se descubrió esto? Para reparar las filtraciones, se aplican inyecciones de cemento con aditivos, para consolidar e impermeabilizar la estructura. Luego de realizar las perforaciones necesarias y de aplicar la mezcla de cemento llamada lechada, la pérdida, o no, del cemento inyectado, es lo que marca efectivamente la dimensión de las filtraciones.

Es así, entonces, que se descubrió que las cavidades son mayores a las previstas inicialmente; y aunque no se saben las dimensiones exactas, Vardé afirmó que “por los volúmenes consumidos, son significativas”. “En algunos pozos, a ciertas profundidades, se han ido nueve, o 10 toneladas de cemento en una sola cavidad”, graficó el ingeniero. La zona más comprometida, agregó, es la del estribo de la presa. “Hay zonas donde hay tres o cuatro cavidades por sondeo”, puntualizó.

Esto, claro, obligó a que se replantee la forma en que se aplicarán las inyecciones de cemento. “Hemos tenido que densificar la cortina de inyecciones, que estaba prevista con un cierto espaciamiento en principio, y ahora, sobre todo en la zona de los estribos, la hemos acotado a distancias más cortas”, detalló Vardé.

Para el especialista, el control más efectivo se dará una vez que los trabajos avancen, y haya un panorama más claro de las filtraciones en la presa. “Evidentemente, el final va a ser mucho más definitorio que estas etapas iniciales. Al no tener una zona totalmente tratada, no tenemos todavía idea de las dimensiones. Entendemos que cuando el tratamiento esté en una etapa avanzada, el control será mucho más eficiente”, explicó Vardé.

Así las cosas, las obras demandarán un plazo más amplio de tiempo que el previsto inicialmente; de hecho, no se sabe con certeza cuándo finalizarán. Vardé explicó que, por la dimensión de las filtraciones, el propio procedimiento se hace más largo. Toda esta situación generará también, lógicamente, que el presupuesto inicial, que era de $ 688,97 millones, aumentará, teniendo en cuenta que el valor de los trabajos depende también de los metros cúbicos de cemento que se utilizan.

“Las grandes tomas implican que cuando se termina de inyectar una determinada cavidad, hay que esperar que la mezcla fragüe para poder reperforar y seguir más abajo, para tratar la profundidad de la roca en términos suficientes para la seguridad de la obra. Una perforación puede llevar hasta cinco días”, indicó, aclarando que esos tiempos de fraguado son “tiempos muertos, de espera”.

“La demora mayor es el trabajo en sí”, reconoció Vardé, pero también admitió que hubo demoras por otras situaciones. “Se perdieron varios días por el clima, y hubo algunos problemas con el equipamiento al principio”, subrayó. De todas formas, dijo que se está intentando “simplificar algunas cosas, si no los plazos se van a alargar mucho”.

¿Problemas con el agua?

La razón inicial de los trabajos, y la urgencia por comenzarlos meses atrás, era la de evitar problemas en el abastecimiento del agua, teniendo en cuenta que las filtraciones, en algún caso más grave, podían llegar a afectar la capacidad de recarga del dique, a lo que había que sumar la importante sequía que azotaba la provincia.

Si bien Fabián Soria, Ministro de Obras y Servicios Públicos de Tucumán, confió a LA GACETA que no debería haber mayores problemas con el agua, Vardé se mostró un poco más cauto.

“Estamos haciendo un poco la carrera con el tiempo también, porque todos sabemos que esto tiene que llegar a un fin más o menos razonable antes que sea vital el tema del agua”, apuntaló el ingeniero. Sin embargo, destacó que “la situación técnica está controlada”, y afirmó que los trabajos debían realizarse, y en el momento en que se están realizando.

“Dado el avance que tenía la disolución, en cualquier momento podía haber un problema de asentamiento importante en algunas de las cavidades, y provocar un asentamiento importante en la presa. Eso podía haber generado un incidente mucho más serio en el funcionamiento. Esto demuestra que era absolutamente indispensable hacerlo, y hacerlo en este momento, no después”, reflexionó el especialista. (Producción periodística: Joel Katz)

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