La respuesta del Ministro de Obras Públicas con respecto al proyecto para ampliar el Camino del Perú ha resultado por lo menos desalentadora. Dijo que se trata de una obra prioritaria todavía no consiguieron los fondos para llevarla adelante. En un contexto de problemas económicos que limitan fuertemente la posibilidad de hacer obras al mismo tiempo que puede observarse un crecimiento desordenado pero constante en esa misma zona, correspondería una profunda reflexión de las autoridades. Desde hace mucho tiempo se sabe que el Camino del Perú (ruta 315), que une San Miguel de Tucumán con Tafí Viejo, y que arranca en el oeste capitalino, a partir del Cristo, y va adquiriendo complejidad y caos a partir del cruce de esa carretera con las avenidas Perón-Belgrano, requiere una intervención urgente. Hace unos siete años se presentó un proyecto conjunto de las municipalidades de Tafí Viejo y Yerba Buena para continuar por el oeste la avenida de Circunvalación. No tuvo avances. El año pasado hubo una iniciativa de Vialidad de hacer una autopista de circunvalación noroeste, propuesta que aún está en análisis. En la reciente visita de funcionarios al Banco Mundial hicieron gestiones para conseguir financiación pero por ahora no han tenido respuestas, según se explicó en su momento.
El sector está saturado a causa del crecimiento geométrico que ha tenido toda el área al noroeste de la capital en la última década al menos, que incluye la urbanización constante al norte de yerba Buena y al suroeste de Tafí Viejo. Toda Villa Carmela y el sector de Cebil Redondo han crecido sustancialmente en población y viviendas, a tal punto que hay 10.000 pedidos para nuevos lotes. Varios emprendimientos urbanos esperan autorización pero la falta de seguridad con respecto a la provisión de agua ha llevado a las autoridades a suspender los permisos, según explicó el año pasado el comisionado de Cebil Redondo. El área sirve como acceso a los barrios Lomas de Tafí, San José, Congreso, Vial II, Virgen de Schoenstatt y varios countries.
El mismo director de Vialidad explicó que, por el crecimiento demográfico en la zona, el camino quedó totalmente colapsado y es una de las vías más peligrosas para circular en la provincia, principalmente por la mezcla de tránsito que presenta: por esta ruta se movilizan bicicletas, motos, autos, camiones, camionetas e incluso carros tracción a sangre. Los vecinos la han calificado como un infierno y, de hecho, muchos tratan de utilizar rutas alternativas para el traslado tanto en dirección sur-norte (las pocas vías que hay también están colapsadas) como en oeste-este, aunque la circulación en estos sentidos es precaria. La situación se ha vuelto inmanejable. Los conductores libran batallas diarias, los vecinos no pueden cruzar, los agentes de tránsito no dan abasto, y todo parece indicar que va a empeorar con el paso del tiempo. La nueva propuesta de Vialidad para ampliar la calzada de la ruta, que requeriría que se hagan algunas expropiaciones, podría ser costosa, razón por la que no ha sido aprobada aún.
Sea cual fuere el resultado de las gestiones que se hagan, sería importante que se adquiera conciencia de la importancia de esta vía y de los requerimientos que el crecimiento urbanístico está planteando, que necesitan respuesta porque se complica el futuro de un amplio sector del Gran Tucumán. Convendría hallar el modo de hacer viables proyectos superadores, pensados para los desafíos que vienen, así como plantear la forma de llevarlos a cabo. Asimismo, extremar las medidas de coyuntura, toda vez que en la actualidad usuarios y autoridades están desbordados.