¿Qué pasará con la inflación en lo que resta del año?

El proceso seguirá siendo inestable ante la desconfianza del mercado sobre el rumbo económico del país.

¿Qué pasará con la inflación en lo que resta del año?

La inflación hilvanó dos meses consecutivos de desaceleración. Sin embargo, las consultoras privadas consideran que ese “veranito” de los precios en pleno invierno no puede sostenerse en el tiempo, por los desequilibrios económicos que arrastra la Argentina.

Si a ese fenómeno se lo analiza desde la macroeconomía, no hay fundamentos que la avalen: en lo que va de 2023 se emitieron 2,2% del Producto Bruto Interno (PBI) para financiar al fisco. Además, la delicada situación de las reservas, junto a las rispideces en la negociación con el Fondo y la incertidumbre preelectoral puede llegar a agregar dosis de volatilidad en la demanda de dinero, puntualiza un diagnóstico de GMA Capital.

No obstante, es probable que este mes, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) puede ser inferior al 7%, de acuerdo con las mediciones de Ecolatina. En el mes habrá menos aumentos puntuales que en mayo y junio, donde se destacan prepagas (8,5%); servicio doméstico (6%); internet, cable y telefonía (4,5%); combustibles (4,5%); y colegios privados. Estos ajustes, según la consultora, explicarían entre 0,7 y 0,9 punto porcentual del IPC de julio.

“Hacia adelante, partiendo de una inercia que se ha ido consolidando en pisos más altos, el proceso inflacionario seguirá siendo inestable frente a la ausencia de anclas, la distorsión de precios relativos y la falta de confianza para coordinar expectativas en medio de la incertidumbre propia de la transición electoral”, se explica.

A un mes de las PASO, y en el marco de la renegociación del acuerdo con el FMI, el Gobierno no dispone de margen para apelar a las tradicionales medidas desinflacionarias pre-electorales: congelar las tarifas de servicios públicos o atrasar el tipo de cambio oficial. Por este motivo, sostiene la consultora, seguirá apuntando a evitar nuevos shocks: mantener contenida la brecha cambiaria -incluyendo el sostenimiento de una tasa real positiva- destrabar los desembolsos con el FMI y maximizar la utilización del swap de monedas con China y el crédito comercial de importadores a fin de evitar disrupciones en el mercado cambiario.

Sumado a esto, seguirá apelando al programa Precios Justos para los productos de consumo masivo, sumado a su extensión para bienes durables y semidurables (electrodomésticos, electrónica de consumo, calzado e indumentaria, motos y bicicletas acordaron mantener los precios que tenían al 31 de mayo congelados hasta el 15 de agosto). El programa, además, se amplió a comercios de cercanía, como almacenes y autoservicios, con el objetivo de mejorar su efectividad, teniendo en cuenta que se evidenció un mayor crecimiento de los precios en esos canales de venta.

A su vez, se acordó la renovación del programa Ahora 12 con el objetivo de estimular el consumo, vigente hasta enero de 2024, contemplando proveedores que hayan suscrito los convenios de Precios Justos.

No obstante, el segundo semestre no estará exento de riesgos: la volatilidad de los precios estacionales; un posible ajuste en los precios de la carne vacuna ante una potencial menor faena sobre fin de año; las reacciones de los agentes económicos ante el resultado de las elecciones y la incertidumbre cambiaria propia del año electoral -búsquedas de cobertura, expectativas de devaluación- podrían añadirle presión adicional a un proceso inflacionario con marcada inestabilidad, detalla Ecolatina.

Por eso, no espera una continuación de un sendero de desaceleración de la inflación, y, de no mediar nuevos sobresaltos, 2023 cerraría en torno al 130%.

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