Según el ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, el Gobierno libertario debe hacer cambios en su política con el dólar ahora mismo, antes que se generen expectativas devaluatorias. Además lanzó una cruda advertencia sobre "una devaluación desestabilizante".

Cavallo puso como punto de arranque de sus cavilaciones un interrogante que considera inminente. ¿Por qué el equipo económico insiste en usar divisas de exportación para acotar la brecha del dólar oficial con el CCL si resulta que para el Gobierno no existe problema cambiario?, se preguntó.

El ex funcionario menemista fue más preciso en su análisis económico. “Si no se liberaliza al menos el dólar CCL y se sigue utilizando las divisas del superávit comercial para controlar el tipo de cambio en este mercado, el anuncio de la eliminación del cepo al final de 2025 va a llevar a que los inversores esperen un salto devaluatorio significativo, aun cuando para entonces se haya producido un desembolso importante del FMI”, señaló. ¿Por qué no se elimina el cepo cambiario, al menos el que se aplica a operaciones no comerciales?, se preguntó.

La brecha y el "dólar blend"

Cavallo dice que seguramente el equipo económico considera que es importante mantener acotada la brecha entre el tipo de cambio oficial y el CCL para evitar expectativas de un salto devaluatorio en algún momento del futuro. Por eso la liquidación del dólar blend. 

Javier Milei.

Sin embargo, el ex ministro advirtió que la lectura es distinta. “Hay que considerar la posibilidad de que la expectativa de evolución del tipo de cambio oficial y la probabilidad de un salto devaluatorio futuro, dependan mucho más de la evolución de las reservas externas netas que de la brecha controlada artificialmente por el Banco Central”. 

"La mejor forma de evitar un salto devaluatorio desestabilizante en el futuro consiste en encontrar la forma de aumentar las reservas netas sin devaluar a los saltos”, remarcó.

El consejo de Cavallo para sumar reservas sin devaluar, al menos en un comienzo, apunta, por un lado, a la eliminación del dólar blend para las exportaciones, de tal forma que el 100% de los ingresos por exportaciones sean vendidos al Banco Central.

Por otro lado planteó el aumento de los incentivos fiscales a las exportaciones, es decir una acentuación del proceso ya iniciado de reducción de las retenciones a las exportaciones agropecuarias y de las economías regionales. 

A esto se suma el aumento de los reembolsos de impuestos internos a la exportación de manufacturas y la disposición para que el pago de servicios turísticos y las importaciones de bienes de consumo final considerados no esenciales se deban pagar por el contado con liquidación y no requieran divisas del Banco Central.