Los 27 países de la Unión Europea (EU) han aprobado de manera definitiva un paquete de medidas en respuesta a los aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos (EU), Donald Trump.
Con esta decisión, Bruselas impondrá un aumento de aranceles del 25% sobre productos norteamericanos, lo que afectará a exportaciones por un valor total de 21.000 millones de euros. Como resultado, las importaciones de estos productos estarán sujetas a tasas que superarán los 5.000 millones de euros.
Este paquete de represalias se presenta como una respuesta calculada y moderada en comparación con las acciones de otros actores globales, como China. La estrategia de la UE busca evitar una escalada hacia una guerra comercial abierta, aunque deja en claro su intención de negociar desde una posición firme. A diferencia de las confrontaciones directas, Bruselas sigue manteniendo abierta la puerta al diálogo con la administración de Trump, consignó el diario "Ámbito" en una publicación.
Guerra comercial: Bolsas europeas y japonesas caen tras la imposición de aranceles de TrumpLa medida responde directamente a los aranceles de 25% impuestos por Estados Unidos en marzo sobre el acero y aluminio europeos, que afectan a exportaciones por un total de unos 26.000 millones de euros. En un principio, se evaluó la posibilidad de imponer represalias equivalentes, pero finalmente se optó por un enfoque más moderado para dejar margen a las negociaciones.
El paquete de contramedidas de la UE se implementará de forma gradual. La primera fase comenzará el 15 de abril y afectará a productos estadounidenses por 3.900 millones de euros. La segunda fase, que contempla un aumento más significativo, comenzará el 15 de mayo, con productos por un valor de 13.500 millones de euros. Finalmente, a partir del 1 de diciembre, se aplicarán recargos sobre productos como soja y almendras por un valor de 3.500 millones de euros.
Alerta por la suba de aranceles de Trump: Lula aseguró que Brasil tiene reservas para enfrentar cualquier crisisEl diseño de las medidas ha sido estratégico, apuntando a productos clave de estados republicanos o disputados, como la soja en Luisiana, las carnes en Nebraska y Kansas, y la madera en Georgia, Virginia y Alabama. El objetivo es generar presión interna sobre Trump desde su propia base electoral y las empresas afectadas, buscando fomentar el diálogo y evitar una mayor escalada.
Hungría fue el único país que se opuso al paquete de represalias. Su canciller, Péter Szijjártó, advirtió que escalar el conflicto solo traerá más perjuicios para la economía y los ciudadanos europeos. En cambio, Italia, a pesar de haber pedido un retraso en la implementación de las medidas, apoyó la decisión. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, se reunirá la próxima semana con Trump en Washington, un encuentro que podría ser clave para el futuro de las negociaciones.
Aunque la UE ha sido firme en su decisión, la Comisión Europea mantiene abierta la posibilidad de suspender las represalias si se logran avances en las negociaciones. "La UE considera estos aranceles injustificados y dañinos. Aún preferimos una solución negociada que beneficie a ambas partes", aseguró la Comisión.
Elon Musk cruzó a Donald Trump y pidió "aranceles cero" para EuropaAdemás, la Unión Europea ya prepara un segundo paquete de sanciones que podría ser aún más amplio e incluir sectores como los servicios y gigantes tecnológicos de Estados Unidos, en caso de que no haya avances en las conversaciones. Este nuevo plan se presentará la próxima semana y podría entrar en vigor a partir de mayo.
En palabras de Henna Virkkunen, vicepresidenta de la Comisión Europea, "la guerra comercial no beneficia a nadie, pero si es necesario, tomaremos medidas para proteger nuestra industria y nuestros ciudadanos". Con este enfoque, Bruselas deja claro que no teme defender sus intereses, pero sigue apostando por la diplomacia como vía para resolver el conflicto.