En numerosas oportunidades LA GACETA Rural publicó los problemas que generó en la Argentina la aparición de la encefalomielitis equina (EE) -enfermedad también conocida como encefalitis viral equina, locura equina o encefalomielitis viral equina-. De hecho, en noviembre de 2023, mediante la resolución 1219/2023, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) declaró el estado de emergencia sanitaria en todo el territorio nacional.

Se trata de una enfermedad infecciosa producida por un alphavirus que se transmite por medio de insectos hematófagos (mosquitos) y afecta el sistema nervioso central. Sus huéspedes susceptibles son los equinos, los humanos y las aves.

La EE es considerada una enfermedad de tipo estacional, vinculada con el aumento de las temperaturas y el crecimiento poblacional de sus vectores como el mosquito. Se presenta con mayor prevalencia en la época primaveral-estival, cuando las condiciones ambientales son más favorables para la transmisión del virus. Posee un período de incubación que puede variar de una a tres semanas; y es una enfermedad de notificación obligatoria.

A raíz de ello, resulta necesario recalcar que las recomendaciones que realiza el Senasa deben ser tomadas en cuenta para evitar la proliferación de la enfermedad y para minimizar sus riesgos, teniendo en cuenta las pautas contra el contagio y contra la propagación del virus que afecta a los équidos.

Con el inicio de la primavera y el aumento de las temperaturas, el Senasa propone a productores y tenedores de equinos reforzar las medidas preventivas contra el virus de la EE.

La estacionalidad de este virus se encuentra vinculada al crecimiento poblacional de su insecto vector -el mosquito-, favorecido por las condiciones climáticas. En el ciclo de la EE, las aves silvestres actúan como reservorios naturales: al infectarse, desarrollan una elevada carga viral, que facilita la propagación del agente mediante la picadura de mosquitos o de otros insectos hematófagos. Esta dinámica ocasiona la transmisión a los equinos y, en ocasiones, a las personas.

En este contexto y considerando las semanas previas al inicio de la temporada estival, resulta fundamental que todos los productores que cuenten con equinos puedan completar el esquema de vacunación contra la EE, requerido anualmente y de forma obligatoria por la Resolución Senasa N.° 115/2024.

La vacunación, que constituye la principal herramienta de prevención, debe aplicarse a todos los équidos mayores de dos meses de edad. El esquema contempla una dosis inicial para los ejemplares primovacunados, seguida de un refuerzo según los plazos indicados por cada laboratorio elaborador. Por su parte, en el caso de los animales que ya cuenten con el esquema completo, solo se debe aplicar una revacunación anual.

Certificado de vacunación

Cada equino vacunado deberá contar con el certificado que acredite la aplicación de la dosis, emitido -con firma y sello- por un veterinario matriculado. Además, la vacunación tendrá que asentarse en la Libreta Sanitaria Equina o Pasaporte Equino, documentos en los cuales se deben consignar los datos que permitan identificar al animal involucrado y la información de la vacuna aplicada.

Se recuerda que resuta fundamental el registro ante el Senasa de los certificados de vacunación para el seguimiento y estudio epidemiológico de la enfermedad. Este procedimiento puede ser realizado mediante autogestión por todos los profesionales veterinarios -acreditados en el Programa de Equinos o sólo matriculados privados- en el Sistema único de Registro (SUR) del organismo sanitario nacional.

Síntomas y signos

La EE puede presentarse de tres formas clínicas: con una infección inaparente, por un síndrome febril o una encefalomielitis con síntomas iniciales como fiebre, anorexia y depresión. En casos graves, esta última forma puede generar en los equinos actividad mental alterada, hipersensibilidad a los estímulos, movimientos musculares involuntarios, disminución de la visión, deambulación, incapacidad para tragar, ataxia, paresia, parálisis, convulsiones, períodos de excitación, prurito intenso, movimiento de “pedaleo”, diarrea o constipación. Sin embargo, esta forma clínica tiene mayores probabilidades de ser asintomática o leve.

Los equinos que contraen esta enfermedad pueden presentar cuadros neurológicos con diferentes signologías, tales como deambulaciones, hiperexcitación, depresión, hipertermia y decúbito, principalmente.

Notificación

Ante la detección de estos síntomas, cualquier persona puede dar aviso rápidamente al Senasa concurriendo a la oficina más cercana, personalmente o por teléfono; mediante un mensaje de WhatsApp al +5491157005704; mediante un mail a: notificaciones@senasa.gob.ar; o por medio del formulario “Avisá al Senasa”, disponible en el sitio web oficial del organismo.

Es importante estar atentos al comportamiento de los animales y atender las recomendaciones aportadas por el organismo nacional fitosanitario.