“El panorama está muy complicado, por la falta de lluvias y por las altas temperaturas; esta situación es muy similar a la que atravesaron muchos productores de granos gruesos de Tucumán en la campaña pasada”, evaluó el ingeniero y productor Daniel Rossi, miembro de un grupo CREA (Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola).
“Quizás esta campaña tuvo un mejor arranque, pero en diciembre el panorama se puso muy pesado”, comentó el ruralista.
“La situación es muy difícil”, reiteró el dirigente agropecuario. “Es que las altas temperaturas presionan con mucha fuerza y, en el caso de la soja, se están muchos de los cultivos realizados; se están perdiendo muchas plantas. Es que la temperatura a ras del suelo es de unos 60°C, en condiciones de un suelo normal, que es una temperatura que ninguna planta puede resistir con suerte”, observó.
Déficit crítico
Rossi reconoció que hubo lluvias en diciembre último, “pero el déficit hídrico está, y lo venimos arrastrando de años anteriores”, dijo.
“Se sembró con expectativas de que hubiera buenas lluvias, pero el 20 de diciembre las precipitaciones se detuvieron y nunca más volvió a llover”, recordó el productor.
Todas las actividades agropecuarias están complicadas.
El dirigente de los Grupo CREA reconoció que “la gente (los productores) está más preparada para hacer soja que maíz”. “Ciertamente, el maíz tiene un menor costo de semilla (unos U$S 150 por hectárea) respecto de la soja. Pero hay que gastar (en el maíz) mucho más en insumos, que en el caso de la oleaginosa”, citó a modo de comparación. “Por lo general, el sojero tiene su semilla, que es una característica del agricultor de Tucumán y de todo el NOA. Por eso, la mayoría de los productores encaró la soja para producir este verano”, dijo. “Y en un contexto de crisis de financiamiento, es casi obligado que el productor de granos vuelva a apostar por el maíz”, consideró.
“Las complicaciones son grandes y muchas. La ganadería, el citrus, la caña de azúcar y los cultivos extensivos, como la soja y el maíz, están con problemas”, señaló. “En el caso del ganado, por ejemplo, los efectos de los problemas actuales se proyectarán por uno o dos años más”, dijo.
El negocio
Sobre la base del análisis realizado, Rossi no duda en opinar que “cambió todo el negocio granario, el negocio de los cultivos intensivos. Si a las dificultades climáticas le sumamos el contexto socioeconómico y político y la mayor presión impositiva, esto provocó que cambie el negocio”, dijo.
“Los productores necesitarán dos años para recuperarse”, concluyó.