La Sección Malezas de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) de Tucumán no sólo investiga, sino que también sugiere medidas de acción para que los productores puedan enfrentar los problemas agronómicos de sus campos. LA GACETA Rural dialogó con el ingeniero Ignacio Olea, director del área, para conocer aspectos de la problemática de las malezas en la región.

- ¿Los cultivos de verano sufrieron fuertes ataques de malezas?

- El crecimiento de las poblaciones de malezas es paulatino y no es comparable con otras plagas que pueden atacar de manera sorpresiva. Un gran enmalezamiento, en general, es consecuencia de utilizar el glifosato desconociendo la existencia de un problema de resistencia o tolerancia a ese producto. También puede deberse al mal uso de un herbicida alternativo. El incremento anual del consumo de algunos de éstos (graminicidas FOP y DIM o paraquat, por ejemplo) indica que se están tratando de contener problemas de resistencia y que éstos aumentan.

- ¿Cuáles fueron importantes?

- Los problemas destacados en la campaña pasada fueron las gramíneas anuales resistentes a glifosato (Echinochloa colona, Eleusine indica y Urochloa panicoides). Resulta difícil controlarlas en los barbechos químicos, y sus rebrotes, junto a las nuevas emergencias dentro de los cultivos; requieren de una especial dedicación e inversión para evitar que produzcan semillas. Estas especies tienen una importante capacidad de dispersión, lo que hace pensar que pueden estar presentes en cualquier explotación del NOA.

Por otro lado, el “sorgo de Alepo resistente” (una gramínea perenne) crece en su invasión, ya que la siembra directa limita su propagación por rizomas, y en estas condiciones se practica el control localizado de las matas invasoras.

Lo que nos preocupa mucho es la diseminación de las poblaciones de “atacos resistentes”, por su capacidad invasora y competitiva, más aún teniendo en cuenta el antecedente de EEUU, donde constituyen el problema más importante. Actualmente, en el NOA se pueden diferenciar dos especies principales de atacos.

Una de ellas, el Amaranthus palmeri, es una especie exótica nueva, cuya resistencia a glifosato y a herbicidas que actúan sobre la enzima ALS ya fue comprobada. Existe presencia de ambas resistencias en una misma planta, aunque no se dispone de mapas de la distribución. En el NOA hay presencia en Leales, Tartagal y Las Lajitas.

La otra especie es Amaranthus quitensis, para la cual han sido identificadas poblaciones con esa resistencia. Sólo hay registros fehacientes en el centro del país, y se está tratando de verificar su presencia en Los Pereyra (Tucumán), y en zonas de Salta.

- ¿Qué daños provocaron?

- Como la distribución de los biotipos resistentes no es homogénea y prevalece la distribución en “manchones”, los daños se ocultan en el promedio de la producción del lote. La competencia inicial de los rebrotes de las malezas no eliminadas en el barbecho químico, disminuye el número de plantas del cultivo o afecta su producción.

- ¿La fuerte presión es por mayor resistencia a los agroquímicos, o porque no se aplicaron los mejores paquetes tecnológicos?

- Los problemas actuales de malezas se relacionan con la ineficiencia del glifosato para controlar especies que siempre lo superaron (tolerantes) o que desarrollaron biotipos a los cuales ahora no afecta (resistentes). En ambos casos, la “presión” radica en el crecimiento de poblaciones cuyo control requiere de la aplicación de otras técnicas de manejo, cuya adopción no solo depende de los costos, sino de cómo hacerlo y de planificar el manejo a largo plazo.

- Qué puede sugerir la Sección Malezas sobre cómo actuar?

- Se observan grandes diferencias entre lotes respecto del enmalezamiento con “especies problema”, como consecuencia de los manejos realizados en campañas anteriores. Por ello, debe analizarse cuáles son las especies dominantes en cada situación y elegir un plan de manejo apropiado, que permita controlar el mayor número de especies. Por eso, se sugiere la búsqueda de información que contribuya a ese objetivo. Aunque para dicho manejo se utilicen viejos herbicidas, es necesario refrescar las pautas de uso. Sí hay soluciones. La contención de la resistencia o la tolerancia requiere del empleo de un manejo integrado de malezas, aplicando diferentes estrategias que limiten la capacidad reproductiva y la diseminación de las “especies problema”. Los herbicidas diferentes al glifosato juegan un rol importante y cuando se aprecia la totalidad de las especies que controlan, surge la rentabilidad de su empleo. En estos momentos estamos organizando, junto a otras instituciones, organizaciones y empresas del medio, un simposio para debatir la problemática de manera regional.