Agrotiun SA es una empresa que comercializa semillas en Tucumán. Fabián Paz, su titular, dialogó con LA GACETA Rural sobre el impacto que tiene la utilización de nueva biotecnología en soja.

- ¿Qué conclusiones sacaron hasta ahora?

- La tecnología Intacta, por su objetivo principal de control del complejo de orugas, es importante la eficiencia y los resultados de esta tecnología. Y con respecto a los rendimientos que tienen las variedades, existe información dispar. Por eso, se necesitan más evaluaciones de los campos, ya que en las últimas campañas tuvimos muchos altibajos climáticos, que no permitieron apreciar todo el potencial que tiene esta tecnología.

- ¿Qué buscan los productores?

- Corroborar que la variedad Intacta brinda más que las variedades tradicionales, y que esto le simplifica el manejo del complejo de orugas, porque el costo de la tecnología es demasiado alto, a criterio del productor.

Con el tiempo se llegará a un equilibrio entre las multinacionales dueñas de la tecnología, y las asociaciones de productores que consideran que debe haber un precio de equilibrio. Este es un principal paso de un largo camino donde es muy importante la implementación de la Ley Nacional de Semillas, que permita comprender cómo fue la tecnología RR1, los beneficios que generará a futuro, dado que permanentemente surgen nuevos problemas, como las malezas resistentes y las plagas (complejo de picudo), por donde la gran parte de la solución viene por la aplicación de biotecnología en los cultivos, acompañada de un uso racional de estas herramientas, ya que un uso inadecuado llega a generar problemas más graves que las soluciones propuestas.

- ¿Cuánto se sembró con la nueva tecnología?

- Entre 2013 y 2014, la soja tradicional fue la que más se empleó. Hubo un porcentaje que empezó a con la nueva tecnología, principalmente porque el productor está acostumbrado a evaluar sobre “prueba y error”.

En general, el agricultor necesita convencerse, en su propio campo, de los resultados que surgen de las redes de ensayo. Si la respuesta es positiva, el productor tucumano tiene tendencia, por su forma de ser, a volcarse rápidamente a la nueva tecnología.

- Hay acuerdos de patentes.

- Es importante que quien adopta tecnología por decisión propia, respete los acuerdos de patente con quienes tienen la propiedad de la tecnología, evitando el comercio de las “bolsas blancas”, que no contribuyen a la cadena de valor.

- ¿Qué quieren los productores?

- Que la biotecnología los ayude a manejar una serie de problemas emergentes, como las malezas resistentes a glifosato y a otros grupos de herbicidas. Esta es una temática nacional, no solo de Tucumán y el NOA. Tenemos la esperanza que puede surgir una tecnología para el manejo, principalmente, del “picudo negro”, que se está convirtiendo en una limitante para el cultivo de soja en algunas regiones del Norte Argentino.

- ¿Qué líneas de investigación desarrollan los semilleros?

- Están investigando líneas de soja con tolerancia a sequía. Tal vez en dos o tres años, estaremos viendo las primeras variedades, que es muy importante para el NOA, ya que venimos de tres campañas prácticamente muy duras.

- ¿Cómo hay que trabajar?

- Tener la conciencia que la biotecnología es una herramienta que debe ser manejada en forma discreta y complementada con otras prácticas y manejos del cultivo, para no generar, en el futuro, problemas sin solución.