La pandemia ha cambiado el mundo. Nosotros ya no somos los mismos. Pero la escuela sigue igual. Con el regreso a la presencialidad, la organización escolar y los problemas han vuelto a ser los de siempre, como si el coronavirus no hubiera atravesado la gruesa caparazón del sistema educativo argentino que sobrevive más o menos sin variantes desde el siglo XIX. En este punto estamos.
En Tucumán, solo el 17% de los chicos de primaria va a la escuela más de cuatro horas diariasAlgunas voces que piden un cambio ya se escuchan, pero desde el Ministerio de Educación no hay ningún movimiento todavía. Susana Montaldo, pedagoga y ex ministra de Educación, advierte que lo primero que habría que actualizar sería la currícula. “Si bien todas las escuelas tienen que tener el mismo nivel de excelencia, no todas pueden ser iguales y tener misma currícula obligatoria. Es necesario darle cierta autonomía a cada escuela para que pueda trabajar con los sectores sociales que les toca, teniendo en cuenta las prácticas culturales de los niños o jóvenes a su cargo. En ese sentido no todas las escuelas tienen que ser iguales. Quizás las que atiendan los sectores más vulnerables deberían tener más medios, ser mejores, para poder compensar las carencias con las que llegan esos chicos”, argumenta la secretaria de Políticas Culturales de la municipalidad.
Bullying en la escuela: ¿cómo rompemos los pactos de silencio?Pero hay otro aspecto a tener en cuenta: nadie puede aprender lo que no le interesa, tiene que estar motivado. Montaldo remarca que “el aprendizaje para que sea efectivo debe tener relación con las prácticas sociales y culturales de las personas”. Por eso es necesario un mayor contacto con la comunidad. ¿Pero qué hacemos con la escuela enciclopedista que arrastramos desde siglo XIX? ¿Vamos a seguir agregando materias a las 12 que ya tenemos? Eso es imposible. Desde la escuela que creó Sarmiento, sabemos que hay un “bagaje cultural común que se debe transmitir para crear identidad, advierte Montaldo. “Esto nos da la base de argentinos. Pero también la Argentina es diversa. La Argentina del NOA no es la misma que la del NEA. Debemos diferenciar entre lo que es identidad para construir ciudadanía y lo diverso, tanto de las regiones de la Argentina como las diversidades particulares, personales. Que el chico pueda descubrir sus intereses, sus talentos en la escuela. Quizás en un taller de teatro o de música, dentro de la currícula. Tanto en primaria como en secundaria debe haber esos espacios”, insiste.
Piden que Lichtmajer informe cuál es el estado de las obras en las escuelasEn el porcentaje de currícula obligatoria Montaldo incluye los saberes comunes como la lengua, pero en sentido amplio, que incorpore el lenguaje de la imagen sin descuidar la oralidad. “Los alumnos deben aprender a realizar ahora lectura de la imagen, antes no era importante, hoy consumimos a través de ellas”, remarca.
Montaldo se plantea si no es necesario acortar algunas asignaturas y darlas en forma cuatrimestral para darle más dinamismo y variedad a la currícula.
Cuando se refiere al nivel medio es terminante: “yo sacaría los bachilleratos orientados. Ningún chico permite que lo cambien de escuela en 3° año porque ya tiene sus amigos, y a veces no puede trasladarse a otro lugar donde enseñan lo que a él le interesa. Por eso todas las escuelas deberían tener un currículum amplio, variado, para que los chicos puedan elegir”, dice.
En cuanto a la organización del ministerio de Educación desempolva el viejo anhelo de regionalización de las juntas de clasificación, con lo que se evitaría el ausentismo docente. “Actualmente muchos profesores se pasan el tiempo viajando, de un extremo a otro de la provincia para cobrar zona, pero con esto les estamos quitando prioridad y posibilidades laborales a los docentes del lugar”, advierte. Se pueden hacer muchos cambios en educación para poder mejorar el sistema pero como dice Montaldo, “primero tiene que haber una voluntad política y gremial de querer hacerlo.