“Nadie tiene éxito sin esfuerzo. Aquellos que lo tienen, se lo deben a la perseverancia”, aseguraba Ramana Maharshi, uno de los grandes místicos del hinduismo. Hay quienes aciertan en la primera opción y otros que deben intentarlo mil veces; que deben librar un sinnúmero de batallas para llegar a un objetivo.
La carrera de Darío Sand demuestra que la frase de quien fue considerado uno de los sabios más importantes del siglo XX es una verdad a secas. El arquero logró construir un presente con el que había soñado desde que atajaba en las inferiores de River. Sin embargo, nada le fue sencillo.
Debió remarla el correntino. Cambió de casa y de ciudad en múltiples ocasiones, recorrió el país, atajó en los torneos federales y cuando su carrera parecía ingresar en los últimos años, llegó el llamado de San Martín. Sufrió una dura lesión el año pasado y retornó unos meses atrás; justo cuando el equipo más lo necesitaba.
Sand había llegado a nuestra provincia con la idea afincarse en el club que él denomina ser el “más importante de su carrera”. Por eso, el miércoles firmó la extensión de su contrato hasta diciembre de 2024. “Estamos muy bien, cómodos. Además, sueño con llegar a Primera”, asegura en diálogo con LA GACETA en el Grandview hotel, ubicado en el barrio de Once, a horas de otro duelo vital en las aspiraciones “santas” en la Primera Nacional.
- ¿Llegó el momento de afincarte de manera definitiva?
- El jugador está acostumbrado a irse de un lado a otro. Con mi familia pasamos por varias ciudades; fue todo un sacrificio. Hoy estamos muy cómodos en Tucumán. Es una provincia que nos sorprendió; es muy linda, vivimos bien y nos sentimos queridos. Eso fue clave para decidir quedarnos.
- ¿Te ves atajando varios años más?
- A mí me apasiona esto. Me siento bien, estoy bien físicamente y me recuperé de la lesión. Pienso que voy a jugar varios años más; después se verá. Mi hermano quiere ser DT; cuando me retire me sumaré a su cuerpo técnico.
- ¿Ascender y ser el arquero de San Martín en Primera es la meta?
- Obvio; eso es un sueño que tengo desde que llegué. Es lo que deseo, es mi objetivo... Pero hay que ir paso a paso. Esto no es sencillo y tenemos que tener los pies sobre la tierra.
- ¿Qué significa haber renovado con San Martín?
- Siento mucha alegría porque me gusta jugar en este club. San Martín es un grande que pelea siempre los primeros puestos y eso encaja a cómo siento yo el fútbol. Además, la familia está cómoda. Todo está bien después de haberla luchado mucho.
- ¿Qué significa que San Martín haya aparecido casi sobre el final de tu carrera?
- Muchísimo. Eso también puse en la balanza para decidirme continuar acá. Es un equipo que te acerca a Primera; a jugar cosas importantes, que busca ganar en todas las canchas, ser protagonista y que siempre está en los primeros planos. Ojalá que podamos llegar a Primera, sería cumplir un sueño que tuve desde chico.
- ¿Cómo te trata el hincha?
- Obviamente no podés conformar a todos; pero la gente me brinda mucho cariño. Siento mucho apoyo y estoy contento por eso.
- ¿Es verdad que es más difícil ser arquero de un equipo grande?
- Totalmente. Te llegan poco y tenés que responder porque si no lo hacés, por ahí sos el gran culpable de un mal resultado. Tenés que estar preparado y muy fuerte de la cabeza.
- ¿Cómo hicieron para capear un inicio de torneo malo?
- El fútbol es así, es muy cambiante. Sabíamos que el mal momento iba a pasar, por lo que tratamos de inculcarle eso a más los chicos y tratar de estar tranquilos y de seguir trabajando. Después llegó Pablo (Frontini) y ahí sí logramos ser el equipo competitivo que queremos.
- ¿Cuál fue el aporte de Frontini?
- Nos dio una idea por sobre todas las cosas. Pero también logró que todos nos sintiéramos cómodos con el juego. Siempre digo que por más que vos tengas las mejores individualidades, si no tenés un buen DT no te sirve de nada. Pablo fue claro y trabajó para potenciar a todos los jugadores.
- ¿Cómo ves al equipo en la recta final?
- Veo un futuro optimista. El equipo demuestra todos los partidos que va al frente. Tiene juego, situaciones de gol y casi todos los jugadores están pasando un buen momento. Vamos a luchar por lo que queremos. Obviamente que siempre hay cosas para mejorar, pero tenemos la cabeza firme en luchar, en ganar y en lograr el objetivo que todos deseamos.
- ¿Es difícil controlar la ansiedad?
- Hablamos mucho dentro del grupo. Tratamos de mentalizarnos en enfocarnos en cada partido porque no es una categoría fácil. Lo ideal es tener equilibrio; no estar tan efusivo cuando la mano viene bien, ni tampoco caerse cuando las cosas no salen.
- ¿El duelo con Temperley es una especie de termómetro?
- Como todos, va a ser difícil, trabado... Vamos a enfrentar a un equipo que tiene jugadores que, si los dejás, pueden marcar la diferencia. A partir de ahora, todos los puntos son importantísimos. Somos el único equipo, de los de arriba, que ya quedó libre. Entonces tenemos que tratar de ganar y ganar para poder marcar la diferencia respecto a los otros competidores.