“Lo único que me reconforta en todo este calvario es que, después de tantos años, siento que me acompañan”, aseguró Paula, la joven que fue abusada por tres jóvenes en el viaje de egresados. La joven está nerviosa y angustiada. Hoy, el proceso judicial lleva nueve años. Si un juez acepta, el caso quedará cerrado. “Podré estar tranquila de una vez por todas”, añadió en una entrevista con LA GACETA.
El 12 de agosto de 2014, los alumnos de un establecimiento secundario partieron de Monteros a San Carlos de Bariloche en el viaje de egresados. Los estudiantes, en el trayecto, consumieron bebidas alcohólicas mientras escuchaban música y se divertían. En un momento ella se acostó a dormir en los últimos asientos del micro. Allí, aprovechándose de su situación, fue atacada por tres jóvenes (dos menores y un mayor), cuyos nombres se mantienen en reserva. El abuso se concretó en el interior del micro y duró unos 15 minutos. La adolescente, a través de terceros, se enteró de lo que le habían hecho cuando llegó a la ciudad de Córdoba.
Hizo la denuncia al regresar a la provincia. Después de varios años, el juez Mario Velázquez aceptó que la causa fuera elevada a juicio en 2016. Los defensores de los acusados de abuso sexual con acceso carnal lograron que la Cámara de Apelaciones los sobreseyera al rechazar el pedido del magistrado. El caso llegó a la Corte Suprema de Justicia, que en un fallo dividido, dispuso que el expediente sea resuelto en un debate oral, orden que nunca se cumplió.
Semanas antes de que prescribiera la causa, la fiscala María Eugenia Posse y la víctima, acompañada por la defensora oficial Raquel Ferreyra Asís, acordaron con los acusados una solución alternativa. A través de una probation, los jóvenes aceptarían hacer talleres sobre violencia de género, tareas comunitarias, pagarle $1 millón en concepto de reparación y, fundamentalmente, un pedido de disculpa por parte de los tres jóvenes.
El jueves pasado, por una cuestión administrativa, el acuerdo no se cerró y el juez Marcos Núñez Campero dispuso que el tema sea tratado hoy, casi al límite, ya que la causa prescribirá mañana.
“En medio de todo este dolor, en los últimos días, pasó algo que no me esperaba. Mucha gente decidió apoyarme en esta lucha. Eso me fortaleció mucho porque me di cuenta de que estaban conmigo y entendieron lo que sufrí todo este tiempo”, aseguró.
Sororidad Activa Monteros decidió convocar a las monterizas para que apoyaran a la joven, que hoy es docente de inglés. Lo hicieron sacando fotos con mensajes de apoyo y aliento a favor de Paula que se viralizaron en las redes sociales. “Lo que hizo ella es muy importante. No sólo contó todo su drama, sino que sus palabras sirvieron para que otras chicas se atrevieran a denunciar los abusos que habían sufrido”, señaló la titular del colectivo, Cristina Décima. “Es cierto que una probation no es lo que quería ella, pero era eso o nada. Además consiguió lo que buscaba: que la reconocieran como una víctima”, añadió.
C. viajó con Paula a Bariloche y fue testigo de lo que pasó. Ella fue una de las que pensó que no había existido un abuso. “Cuando estábamos de gira, el coordinador nos reunía a todos y nos decía que no podíamos dejar que ella nos arruinara el viaje. Me la creí y cuando llegamos leímos una carta”, reconoció. “Mi papá, al enterarse de lo que había pasado, me dijo que no podía creer lo que había hecho. A partir de ahí cambié y estuve al lado de ella. Sufrió muchísimo todo este tiempo”, añadió.
La joven terminó transformándose en el gran apoyo de Paula. “Me parece maravilloso que muchas chicas recapacitaron y ahora están al lado de ella. Es lo menos que podemos hacer. Espero que cada vez seamos más y estemos juntos en la audiencia para que se sienta acompañada”, finalizó.
“Tengo la ilusión de que hoy se acabará esta pesadilla. Pero lo más reconfortante es que no estoy sola. Después de tanto tiempo, finalmente me siento acompañada. Es un gran avance”, finalizó Paula.