Sedición policial: dijeron ser inocentes, pero sus testimonios dejaron dudas

Dos imputados por ser cabecillas de los sediciosos señalaron que fueron acusados por sus jefes porque no querían cometer delitos para favorecerlos.

TESTIMONIO I. Alejandro Mamaní dijo que fue perjudicado por un superior. TESTIMONIO I. Alejandro Mamaní dijo que fue perjudicado por un superior. La Gaceta / fotos de Antonio Ferroni

Los fiscales Adriana Giannoni y Diego López Ávila, al solicitar la elevación a juicio de la causa, entre otras cuestiones, aclararon que varios policías no protegieron a los tucumanos porque estaban haciendo servicios adicionales o se quedaron en sus casas. Los tres acusados que declararon ayer en la causa confirmaron esa hipótesis después de haber negado haber tenido algún tipo de participación en la sedición policial que derivó en los saqueos de diciembre de 2013.

Alejandro Mamaní confirmó que el martes 10 estaba haciendo servicios adicionales. Eduardo Augusto Aguirre señaló que se quedó en su casa porque estaba de franco y que sólo se presentó a su puesto el miércoles 11. Por último, Walter García indicó que en la noche del lunes 9 fue con su mujer a retirar los elementos de valor que tenía en la peluquería ante el temor que sean robados.

Mamaní y Rodríguez fueron individualizados como algunos de los cabecillas de la sedición. Ambos negaron su participación en el hecho y aseguraron que fueron involucrados por la misma razón. Dijeron que ambos fueron señalados por sus jefes con los que tuvieron problemas. El primero, por no haber “realizado cosas malas para él”, y el otro, porque no “quería hacer servicios adicionales para él durante el horario de trabajo”.

En tanto que Rodríguez indicó que quedó involucrado por haber sido retratado vestido de civil en las inmediaciones de la Subjefatura, lugar en el que se congregaron los sediciosos. “En esos días, los colegas perseguían y atacaban a todos aquellos que tenían puesto el uniforme, Por eso me lo saqué, para no tener problemas”, explicó.

En una sola cosa coincidieron los tres acusados: dijeron que se habían enterado de que el retén (medida que obliga a todo el personal a mantenerse en servicio) había sido establecido el miércoles 11. El ex jefe de Policía Jorge Racedo declaró que él lo había ordenado en la madrugada del lunes 9 para la jurisdicción de la Unidad Regional Capital y, horas después, para todo el resto de la provincia.

Curso y algo más

Mamaní fue el primero en declarar. En su exposición indicó que el domingo 8 viajó a Catamarca por el día de la Virgen del Valle y que cuando regresó, participó de la comunión de una compañera de su hija. También dijo que el lunes 9 tenía que hacer un curso en la Jefatura y que eso quedó registrado en el libro de guardia de la seccional 5°. “Fui a la mañana y me dijeron que regresara a la tarde para hacerlo. Recién a las 14 me dijeron que se había suspendido. Luego regresé a mi casa”, indicó.

A instancias del auxiliar Rodolfo Herrera Carreño y del querellante José María Molina, el acusado no supo precisar por qué regresó a su casa y no volvió a prestar servicios ante los saqueos que ya se estaban registrando en la provincia. “No me había enterado. Esa noche estuve defendiendo el barrio con mis vecinos”, añadió.

Mamaní, que es defendido por Ernesto Baaclini, indicó además que el martes, después de haber brindado servicios adicionales, se presentó en su puesto y que se mantuvo allí hasta el 12 de diciembre. Al día siguiente lo detuvieron. “Por culpa de esa persona que no me quería terminé mal. Siempre fui un buen policía y mi legajo así lo dice. Es más, cuando recuperé la libertad, lo primero que hice fue entregar el arma que nunca me la habían reclamado”, finalizó. Rodríguez y García no aceptaron repetir preguntas.

De los 43 imputados, sólo cuatro declararon. En la audiencia de ayer comenzaron a leer las declaraciones que realizaron durante la etapa de instrucción otros 15. Para que termine esta etapa, deben cumplirse los mismos pasos con los otros 24 enjuiciados.

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